Número 365, Julio-agosto 2010


Publicado en: lunes 30, agosto, 2010

(1) Editorial: “Refundar el pacto social” (Refonder le pacte social), Hugues de Jouvenel, pp. 3-4.

(2) “Sistemas de pensiones en Europa” (Pension Systems in Europe), Arnaud d’Yvoire, pp. 5-22.

Arnauld d’Yvoire proporciona en este artículo una visión general de los sistemas de pensiones en vigor en Europa, recapitulando sobre la filosofía que presidió sobre su desarrollo. Luego distingue de manera apta entre tres modelos generales que han evolucionado a lo largo del tiempo: (1) Sistemas de pensiones del tipo bismarckiano, basados en el principio de seguridad social. Éstos están organizados sobre líneas ocupacionales y son administrados por los socios sociales. Su financiamiento está basado, en su mayor parte, en contribuciones de los empleadores y los empleados, y los derechos de pensiones están vinculados de manera cercana con el período durante el que se han hecho contribuciones y el nivel de los pagos. Este modelo se aplica en particular en Alemania, Italia, Grecia y Francia; (2) Sistemas de pensiones del tipo beveridgiano, que dependen esencialmente del estado. Desde el inicio, estos sistemas no tienen ninguna conexión con la actividad ocupacional y proporcionan a los retirados una pensión básica a la que pueden agregarse esquemas suplementarios con base en el principio de capitalización (fondos de pensiones); (3) Los sistemas de pensiones promovidos por el Banco Mundial en países de Europa del Este luego de la disolución de la Unión Soviética, que están basados en tres pilares. Dos de estos pilares son obligatorios: una pensión básica de tipo bismarckiano con una base de pagos como van, y un segundo pilar financiado. Arnauld d’Yvoire enfatiza, sin embargo, que todos estos sistemas han vivido necesariamente algún desarrollo y ya no corresponden con el modelo puro que presidió su introducción. Señala el hecho de que en todos los países -aunque en diferentes fechas y con diferentes grados de anticipación- se han realizado reformas para restringir el incremento en el gasto asociado con las pensiones de retiro. Esto se ha hecho a través de dos medidas: incrementando el número de años de actividad ocupacional, y promoviendo ahorros para compensar la caída relativa en las pensiones básicas. D’Yvoire muestra así que algunos países han realizado, mucho antes que otros, los arreglos necesarios para hacerle frente al inevitable envejecimiento de la población y el incremento en los costos de las pensiones. También muestra que, aunque ninguno ha encontrado una “solución de ensueño” para el problema, cada uno ha tratado con diferentes grados de anticipación de adaptarse a una situación nueva, pero fácilmente anticipable.

Palabras clave: Europa; sistemas de pensiones; filosofía; tres modelos generales; tipo bismarckiano; seguridad social; ocupacionales; tipo beveridgiano; dependientes del estado; no ocupacionales; sistemas de pensiones promovidos por el Banco Mundial; Europa del Este; reformas; restricción del gasto en pensiones; elevación de la edad de retiro; ahorros suplementarios; envejecimiento de la población.

(3) “Pensiones: Revisando los hechos y las cifras” (Pensions: Revisiting the Facts and Figures), Didier Blanchet, pp. 23-36.

Como introducción a este artículo, Didier Blanchet recuerda dos hechos esenciales: que el número de personas de 60 o más años de edad puede actualmente esperarse que se incremente, mientras que la población en edad de trabajar parece probable que se estabilizará (siempre que estemos todavía hablando de quienes tienen entre 20 y 59 años de edad); y que el gasto en pensiones como proporción del PIB (actualmente 13%) se incrementará correlativamente de una manera que probablemente continuará, particularmente si el crecimiento económico es débil (y suponiendo que las pensiones de retiro permanecen en un nivel estable, siendo la actual tasa de reemplazo cercana al 65%). Blanchet recuerda después las varias simulaciones realizadas para Francia por el Consejo de Orientación de los Retirados (Conseil d’orientation des retraites; COR) desde principios de los años 2000, y el impacto de las reformas introducidas en 1993 y 2003, mostrando lo que habría pasado si éstas no hubiesen sido adoptadas, primero suponiendo una situación económica favorable, y luego en el mucho más preocupante contexto resultante de la crisis económica y los pobres prospectos económicos de los años venideros. Al hacerlo él muestra, en efecto, las principales consecuencias de esa crisis y el muy rápido deterioro de la razón de pensiones a PIB. De esta manera, resalta el papel crucial de tres variables: los costos totales de las pensiones; la tasa de crecimiento del PIB; y la edad a la que los franceses empiezan a percibir sus pensiones. Habiendo planteado la relación entre estas cifras y mostrado cuánto se reducirían los ingresos de los pensionados si no se hace nada, Didier Blanchet -basándose en las publicaciones más recientes del COR- enfatiza la necesidad de ajustar la edad de jubilación a través de dos medidas que tendrían efecto en escalas de tiempo variables: por una parte, elevando la edad legal de la jubilación, y, por otra, incrementando el número de años de contribuciones requerido para disfrutar de una pensión completa.

Palabras clave: envejecimiento de la población; estabilización de la fuerza de trabajo; gasto en pensiones; crecimiento económico; impacto de las reformas; simulaciones; costos totales de las pensiones; tasa de crecimiento del PIB; edad de retiro; ajustes.

(4) “¿Pago como vas o esquemas de pensión financiados? La crisis económica y financiera da un nuevo impulso al debate” (Pay as You Go or Funded Pension Schemes? The Financial and Economic Crisis gives Fresh Impetus to the Debatet), Francoise Charpentier, pp. 37-52.

La crisis financiera y económica internacional ha modificado profundamente los términos del viejo debate que puso a los abogados de los sistemas de pensiones de pago como va contra los que hacen campaña a favor de los esquemas financiados. Como resultado de las crisis (de 2002-03 y, subsecuentemente, 2007-2009), los fondos de pensiones anglosajones han visto tantas quiebras que nadie se atreve a presentarlos ahora como una solución alternativa a los sistemas de pago como va, afirma François Charpentier. Y la crisis todavía no termina, primero debido a la ausencia de cualquier sistema regulatorio para los mercados financieros, y segundo porque, desde 2011 en adelante, el número de pensionados se va a incrementar sustantivamente en Estados Unidos. Pero esto no es todo, ya que, argumenta Charpentier, existe un riesgo real de inflación, y los retornos de las inversiones de los hogares, ya sea en acciones o en bonos, están lejos de alguna certidumbre en el largo plazo. Y el hecho de que los fondos de pensiones estén encontrando serias dificultades no debería esconder el hecho de que la crisis también anuncia problemas para los esquemas no financiados. Por ejemplo, debido a una baja de ingresos, los esquemas de pensiones suplementarias franceses AGIRC (Asociación General de Instituciones de Retiro para Ejecutivos) y ARRCO (Asociación para Esquemas Suplementarios de los Empleados), encuentran que están teniendo que echar mano de sus reservas -limitadas- desde tan pronto como 2010 (y no desde 2014 como se había anticipado). Frente a tal impasse, ¿qué debe hacerse cuando se sabe que moverse a un esquema basado en puntos y a un sistema de “cuentas nocionales” no puede proporcionar una solución milagrosa, y que, de hecho, adoptarlos plantearía problemas significativos de justicia intergeneracional? Tenemos que movernos, argumenta François Charpentier, hacia esquemas mixtos de pensiones, pero primero tienen que consolidarse los esquemas públicos. Después de esto, la administración de los fondos de pensiones tiene que ser regulada y luego tienen que revisarse en general y ser optimizados los arreglos fiscales de los ahorros para el retiro ¡un programa enorme!

Palabras clave: crisis financiera y económica internacional; Francia; sistemas de pensiones; pago como va; esquemas financiados; debate, regulación de los mercados financieros; esquemas de pensiones suplementarias; uso anticipado de reservas; esquema basado en puntos; sistema de cuentas nocionales; justicia intergeneracional; regulación de fondos de pensiones; arreglos fiscales de los ahorros para el retiro.

(5) “Esquemas de pensiones especiales: La situación en Francia después de las reformas” (Special Pension Schemes: The Situation in France after the Reforms), Stéphane Hamayon, pp. 53-74.

No existe un sistema único de pensiones en Francia. Junto con los esquemas que aplican a los empleados en general, hay muchos otros, empezando por aquellos que cubren a los trabajadores en el sector agrícola, el sector público y -lastre que olvidamos- los llamados “esquemas especiales” que en sí mismos son muy diversos y cubren a 4.5 millones de contribuyentes y a cerca de 3.4 millones de pensionados hoy. A pesar de la relativamente baja proporción de pensiones que representan los esquemas especiales, el papel que juegan es emblemático, dado que simbolizan el último bastión de la resistencia social que el Plan Juppé no pudo sacudir en 1995. El trauma resultante fue tal que los esquemas especiales fueron deliberadamente excluidos de la ley de reforma de pensiones de agosto 21 de 2003, y solo fueron re-parametrizadas más tarde, luego de que se renegociaron, de manera selectiva, las medidas de los salarios que acompañaron a la reforma dentro de las empresas del sector público. Stéphane Hamayon, coautor de una obra de referencia sobre el tema, proporciona aquí un recuento de las adaptaciones y reformas que han sido hechas a tres de estos esquemas: los de la SNCF (la empresa ferrocarrilera nacionalizada francesa), la RAPT (la autoridad de transporte regional de Paría), y las IEG (Industrias Eléctricas y de Gas). Sabemos ahora que los regímenes especiales no se verán afectados por la reforma de 2010. La extensión de otras reformas recientes, ¿justifican la retención del status quo en esta área? El análisis desarrollado por Hamayon camina un trecho hacia una respuesta a esta pregunta central.

Palabras clave: Francia; sistema de pensiones; variedad de esquemas; esquemas especiales; papel emblemático; resistencia social; ley de reforma de pensiones; re-parametrización; salarios; empresas del sector público.

(6) “Envejecimiento y protección social en Francia: Un desafío entre otros” (Ageing and Social Protection in France. Pensions: One Challenge among Others), Alain Parat, pp. 75-98.

Alain Parant empieza este artículo enfatizando que, contrariamente a la opinión fácilmente aceptada, aunque Francia es excepcional en el contexto demográfico europeo, por tener una tasa de fertilidad apreciablemente más alta, ello no debe ser exagerado. Analizando cómo ha cambiado la fertilidad a lo largo del tiempo, resalta un riesgo de una infertilidad creciente inherente en el cambio hacia un edad promedio más tardía para tener hijos y muestra cómo, como resultado de variaciones en las tasas de nacimientos observadas a lo largo de un siglo y la importante tendencia de una esperanza de vida creciente, la pirámide de edades francesa, como la de otros países europeos, inevitablemente estará sesgada en las décadas venideras y cómo la proporción de personas más viejas dentro de la población total se incrementará. Parant pasa después a revisar los efectos del envejecimiento demográfico sobre el sistema de pensiones. Reporta las últimas predicciones del Consejo de Orientación de Retirados (Conseil d’orientation des retraites; COR), que revelan la magnitud del reto que enfrenta Francia, cualquiera que sea la mezcla de medidas elegidas (mayores impuestos, reducción del poder de compra de las pensiones de vejez o una extensión del período de actividad ocupacional). Sin embargo, señala Parant, el financiamiento de las pensiones es solo un problema entre otros. Un mayor gasto en salud, debido particularmente a un mayor número de personas dependientes de edad muy avanzada, representa un reto igualmente importante, para el que Parant ofrece varias proyecciones. Advirtiendo contra poner excesiva confianza en la solidaridad familiar, porque la familia se está volviendo una fuente más incierta de apoyo, resalta los asuntos que se derivan de los costos crecientes de la atención a la salud y la socialización del riesgo de dependencia.

Palabras clave: Francia; contexto demográfico; tasa de fertilidad alta; envejecimiento de la población; sistemas de pensiones; impacto; reto; medidas a implantar; mayores impuestos; reducción del poder de compra de las pensiones de vejez; extensión del período de actividad ocupacional; gasto en salud; solidaridad familiar; límites; socialización del riesgo de dependencia.

(7) “El desacoplamiento entre el crecimiento y el consumo de materias primas. De la economía circular a la economía basada en la funcionalidad: las virtudes y límites del reciclado” (The Decoupling of Growth from Raw Materials Consumption. From the Circular Economy to the Functionality-based Economy: the Virtues and Limits of Recycling), Francois Grosse, pp. 99-124.

El artículo de François Grosse se refiere a una cuestión fundamental: la necesidad de desacoplar el crecimiento económico de las necesidades de materias primas. Sin este desacoplamiento, dado el crecimiento de la población mundial y las legítimas aspiraciones de las naciones emergentes al nivel de desarrollo de los países industrializados, existe el peligro de que los recursos naturales se agoten pronto. Echando mano del caso del hierro, Grosse muestra, por ejemplo, que si la producción de acero continuase a lo largo del Siglo Veintiuno con el mismo ritmo creciente exponencial que tuvo en el Siglo Veinte, en cien años se produciría tanto acero como el que previamente se produjo en mil años. Y, dentro de 270 años, estaríamos extrayendo diez mil veces más mineral cada año de lo que lo hacemos hoy. Lo mismo ocurre -aunque debe admitirse que con grados variables- con todas las materias primas: plomo, cobre, litio, zinc, etc., lo que muestra el carácter insostenible del actual modelo de crecimiento. Por tanto, es urgente separar el crecimiento económico de tal frenético consumo de recursos naturales. Generalmente se cree que una de las maneras de hacerlo es recurrir al reciclado. Pero debemos ser cuidadosos, dice François Grosse, de no confundir las tasas aparentes y reales del reciclado, donde la última depende del consumo de materias primas y del tiempo en que permanecen dentro de la economía y, por tanto, del volumen efectivo de materiales disponibles para tal reciclado. Razonando de esta manera, es claro que el reciclado por sí solo (y lo que se denomina la “economía circular”, que maximiza las estrategias de reducción, reuso y reciclado para disminuir el consumo de recursos y los contaminantes emitidos por unidad de producto) no puede ser la solución. En realidad tenemos que ir mucho más lejos para evitar un rápido agotamiento de los recursos. Tenemos que lograr dos desacoplamientos sucesivos: Primero, debemos desacoplar fundamentalmente el desarrollo económico del consumo total de materias primas (nuevas o recicladas); y segundo, debemos efectuar un desacoplamiento complementario que permita que se lleve a cabo el reciclado. Para llegar a tal resultado, tenemos que reducir de manera muy importante la cantidad de materias primas por unidad de producto; no podemos contentarnos con la economía circular, sino dirigir nuestros esfuerzos de manera resuelta hacia el logro de una economía basada en la funcionalidad, que debería permitirnos optimizar el uso de productos y así satisfacer necesidades tan bien como lo hacemos ahora, pero produciendo menos.

Palabras clave: crecimiento económico; consumo de materias primas; desacoplamiento; agotamiento de los recursos naturales; reciclado; economía circular; reducción; reuso; disminución del consumo; materias primas por unidad de producto; economía basada en la funcionalidad.

(8) “¿Has dicho “Avatar”? (Did you say “Avatar”?), Chantal Lebrun, pp. 125-130.

Escribiendo en las columnas de Futuribles en 1996, Chantal Lebrun analizó la creciente confusión entre lo real y lo virtual. Notó entonces que lo virtual estaba entrando gradualmente en nuestros “mundos” cotidianos y que la frontera con la realidad se estaba ya desdibujando. Casi 15 años después, esta cuestión es, escribe ella, más tópica que nunca, como lo revela la última película del director estadounidense James Cameron, “Avatar”. Esta cinta de dibujos animados en tercera dimensión tiene lugar en el año 2154 en el planeta Pandora, que es rebosante en recursos naturales. La población nativa, los Na’vis, viven en simbiosis con el ambiente, pero se ven amenazados por los humanos que intentan explotar un depósito mineral situado debajo de su “árbol hogar”. Para hacer contacto con los Na’vis y convencerlos de que lo abandonen, los terrestres desarrollan criaturas mitad humanos y mitad Na’vis controladas remotamente por humanos. El héroe de la película, Jake Sully, un marino parapléjico, toma uno de estos cuerpos y termina identificándose con los Na’vis. En las aventuras que vive este personaje y las elecciones que tiene que hacer, la pregunta que es planteada, dice Lebrun, es la del cambio de identidad. Y, se pregunta, ¿no es la lucha descrita en Avatar entre un mundo “viejo” que esta expirando y otro irreal, idealizado, un símbolo de la elección de identidad que tendrá que hacer la humanidad tarde o temprano?

Palabras clave: mundo real; mundo virtual; frontera borrosa de la realidad; Avatar; cambio de identidad.

(9) “Cooperación transnacional” (Transnational Cooperation), Jean-Francois Devret, pp. 131-136.

En sus dos columnas previas, Jean-François Drevet ha examinado el concepto de cohesión territorial y sus instrumentos de intervención. Aquí vuelve su atención a la cuestión de la cooperación transnacional. Reuniendo grandes grupos de regiones europeas, ello facilita la integración de los estados miembros en la Unión Europea, y permite que se tomen acciones concertadas para el desarrollo balanceado del territorio europeo. En particular, esta línea de acción de la que son pioneros los estados nórdicos permite “identificar problemas importantes que solo pueden ser tratados mediante la acción conjunta (contaminación marítima, riesgos nucleares, etc.)”. Drevet describe varios programas transnacionales de cooperación implementados por la Comisión Europea, antes de enfatizar la importancia de “extender la iniciativa y desarrollar instrumentos comunitarios con tal fin”.

Palabras clave: cohesión territorial; instrumentos comunitarios de intervención; cooperación transnacional; grupos de regiones europeas; identificación de problemas; acción conjunta; programas de la Comisión Europea.

(10) “Ideas y hechos portadores de futuro” (Idées & faits porteurs d’avenir), pp. 137-148.

(11) “Análisis críticos y rendición de cuentas” (Analyses critiques & comptes rendus), pp. 149-164.

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