Vol. 37, Nos. 2 y 3, Marzo-Abril 2005


Publicado en: miércoles 27, abril, 2005

(1) “Corporaciones, ética y futuros globales” (Corporations, ethics and global futures), Jane Collier, Ted Fuller (pp. 111-116)

(2) “La empresa responsable del futuro: responsabilidad reflexiva en los negocios” (The responsible company of the future: reflective responsibility in business), Bernd Carsten Stahl (pp. 117-131)

El punto de partida de este artículo es el hecho de que una cosa que sobre la que se tiene certeza sobre el futuro es su incertidumbre. Aunque la incertidumbre ha sido siempre una constante de la vida humana, el artículo argumenta que, debido a los desarrollos tecnológicos y sociales, riesgo e incertidumbre serán los rasgos definitorios con los que tendrán que tratar las empresas del futuro. Dado que todas las decisiones administrativas y organizacionales tienen consecuencias morales, la pregunta es cómo pueden y deben actuar las compañías. El artículo sugiere que una manera en la que pueden abordarse los retos morales bajo riesgo e incertidumbre es el concepto de responsabilidad. Muestra que hay una afinidad cercana entre responsabilidad e incertidumbre, por una parte, y entre responsabilidad y negocios, por otra. Sin embargo, el concepto tradicional de responsabilidad tiene severas limitaciones que le impiden ser aplicado con éxito. Para superar las debilidades de la responsabilidad tradicional el autor desarrolla una noción reflexiva de responsabilidad. Responsabilidad reflexiva es el intento de aplicarse a sí misma sus rasgos definitorios, que son apertura, teleología y consecuencialismo. El autor desarrolla luego la teoría de la responsabilidad reflexiva y, empleando un ejemplo, muestra que corresponde bien con estrategias de administración participativas. El artículo concluye que la responsabilidad reflexiva supera las debilidades de los conceptos tradicionales de responsabilidad, y al mismo tiempo retiene su fortaleza de ser capaz de tratar con la incertidumbre. La teoría de responsabilidad reflexiva ofrece así un curso de acción plausible para las empresas que quieren ser empresas éticas del futuro.

(3) “¿Hacia la edad de la responsabilidad corporativa? Retos emergentes para el mundo de los negocios” (Towards the age of corporate responsibility? Emerging challenges for the business world), Markku Wilenius (pp. 133-150)

Este artículo busca mostrar cómo el asunto de corporaciones éticas puede examinarse y ser retado a través del concepto de responsabilidad corporativa. Responsabilidad corporativa surgió inicialmente como término hace cerca de diez años, junto con el surgimiento de los sistemas de reporto ambiental. En ese entonces, la cumbre UNCED de Río elevó el nivel general de conciencia sobre estos asuntos, y surgió la primera organización impulsada por empresas para atacar este campo, el Consejo de Negocios para el Desarrollo Sustentable. La globalización, que con cualesquiera indicadores se aceleró enormemente durante la década de los 1990, ha retado a las corporaciones a considerar la responsabilidad bajo una nueva luz. La evolución y difusión de una red global de finanzas han incrementado la necesidad de transparencia y responsabilidad, al mismo tiempo que el cambio de lo “internacional” hacia lo “global” ha significado la ruptura gradual de las viejas instituciones y el surgimiento de otras nuevas. Este artículo evalúa como han respondido las corporaciones a este reto y postula, a la luz de presiones crecientes sobre las condiciones humanas y naturales, la llegada de una “Edad de Responsabilidad” que impondrá a la responsabilidad corporativa como la base para cualquier acción en el mundo de los negocios.

(4) “Futuros papeles de los negocios en la sociedad: las fronteras en expansión de la responsabilidad corporativa y un caso atractivo para una sociedad” (Future roles of business in society: the expanding boundaries of corporate responsibility and a compelling case for partnership), Alyson Warhurst (pp. 151-168)

Los papeles y responsabilidades de las empresas en la sociedad, en particular las empresas globales, están siendo definidos de manera más amplia por un rango de accionistas en expansión. Este artículo tiene como objetivo revisar estos cambios y sus implicaciones, para entender mejor las posibles expectativas futuras de las empresas en la sociedad y la manera en que las compañías líderes están estableciendo nuevos estándares de prácticas de empresas responsables. Empieza por trazar tendencias al interior de los debates sobre responsabilidad social corporativa, y luego echa mano de investigación empírica y demandas observadas de accionistas de empresas, para argumentar que las fronteras de la responsabilidad social están avanzando tanto interna como externamente. Internamente estas fronteras están cambiando en términos de una mayor responsabilidad de las corporaciones hacia sus accionistas internos directos e indirectos. Ello se muestra a través de innovaciones en la práctica de negocios para lograr una mayor justicia social en el lugar de trabajo, mejor gobernanza, y una revelación más precisa de los riesgos no financieros. Este artículo proporciona un contexto para esta discusión mediante el examen de la legislación internacional emergente, guías e iniciativas voluntarias, marcos regulatorios, y procedimientos de revisión de riesgos que de manera creciente buscan redefinir la responsabilidad corporativa estableciendo nuevas normas de mejores prácticas y comportamiento. Estas fronteras se están expandiendo también externamente, en tanto que la sociedad espera de manera creciente que los negocios globales trabajen con otros para proveer soluciones a las crisis humanitarias y problemas endémicos que enfrenta el mundo. Este artículo explora cómo algunas compañías están haciendo esto aplicando competencias nucleares de maneras que integran el desarrollo social y los objetivos de negocios. Sugiere, a la vez, que los retos de estas fronteras de responsabilidades en expansión son abordadas de mejor manera a través de sociedades estratégicas. El artículo concluye que existen nuevos marcos de referencia multi-accionistas convenidos y en evolución que están estimulando a los negocios del futuro a reinventarse a sí mismos como una “fuerza positiva para el bien” en la sociedad. Esto involucra ir más allá del paradigma de simplemente “no causar daño”, y mucho más allá de las expectativas previas de ser sólo acerca del valor para los accionistas. Esta predicción es apoyada por ejemplos tomados de la práctica de empresas globales que ya están innovando para cumplir con este papel más amplio.

(5) “Pensando para el futuro: responsabilidad corporativa global en el Siglo Veintiuno” (Thinking for the future: global corporate responsibility in the twenty-first century), Jane Collier, Lilian Wanderley (pp. 169-182)

Este artículo reflexiona sobre las clases de responsabilidades que las empresas actuales deben cumplir para ser parte de la solución de los problemas de un mundo en proceso de globalización. Estos problemas tienen sus raíces, en buena medida, en la dinámica de una globalización que está impulsada por objetivos y operaciones empresariales. Están siendo traídos al frente de la conciencia global por las protestas de la sociedad civil, por una parte, y por la presión de los inversionistas, por otra, de una manera que nos recuerda las ansiedades de Adam Smith sobre las amenazas planteadas por el poder corporativo. Está claro que en nuestro tiempo las complejidades sistémicas de la interdependencia global magnifican estas amenazas de manera que están más allá del control de los gobiernos y los estados nación; el remedio debe así quedar en las propias compañías. Los negocios, sean éstos globales o locales, deben reconocer que como agentes de cambio están actuando no simplemente como agentes económicos, sino también como agentes morales. Deben asumir la responsabilidad por los efectos de sus acciones, y las autoras argumentan que la mejor manera de hacerlo es comprometerse con la prioridad de los derechos humanos como un valor general que gobierne todos sus tratos internos y externos. Ello tiene dificultades, como las autoras lo discuten en la última parte del artículo: emplean un ejemplo de un estudio brasileño para ilustrar algunos de los problemas de actuar un compromiso tal. Este estudio ilustra también el punto de que los futuros de las empresas y de las comunidades en las que existen están entrelazados; el valor para los accionistas y los derechos humanos son elementos interactivos de los “buenos” negocios.

(6) “Futuros corporativos éticos: responsabilidad de la sombra sobre el futuro de las corporaciones éticas de hoy” (Corporate ethical futures: responsibility for the shadow on the future of today’s ethical corporations), Ted Fuller, Fiona Tilley (pp. 183-197)

La humanidad necesita protección contra las acciones de las corporaciones, que tienen un efecto en el tiempo y el espacio que va más allá de las fronteras en las que se mueven sus decisiones de negocios cotidianas o sus obligaciones regulatorias. Una combinación de una orientación ética con una orientación hacia el futuro da lugar a futuros éticos, lo que produce un código moral más desarrollado y robusto para las organizaciones corporativas. En un estudio piloto de los actuales informes de responsabilidad social corporativa de cinco organizaciones corporativas, los autores encontraron una relación cualitativa tentativa entre la orientación hacia el futuro de dichas corporaciones y su calificación en el índice de responsabilidad social corporativa (BITC). Hacer valer los futuros éticos corporativos debería volverse un imperativo para los accionistas.

(7) “Corrupción y democratización: ¿la prueba tornasol de las intenciones de las agencias donadoras internacionales?” (Corruption and democratisation: the litmus test of international donor agency intentions?), Alan Doig, Heather Marquette (pp. 199-213)

El crecimiento de las corporaciones globales es sinónimo de la difusión del capitalismo de mercado. El capitalismo de mercado busca que se expandan las economías de Mercado reguladas y el crecimiento estable, y esto a su vez supone que los estados están comprometidos con la liberalización económica y la reducción de las barreras al comercio. Se asume que tales precondiciones son alcanzables a través de la promoción de la democracia -el modelo democrático liberal de gobierno, actualmente el patrón de desarrollo favorecido por las agencias donadoras multilaterales y bilaterales. Un reto importante para este enfoque es la corrupción a nivel estatal y local -y un indicador importante de su aceptación es el abordaje de la corrupción. Como agencias que abrazan una postura ética fuerte internacionalmente, la corrupción apareció como un asunto de reforma altamente visible para ellas durante la década de los 1990. A pesar de -o debido a- tal atención, los niveles de corrupción parecen seguir al alza y volverse más atrincherados, mientras que el compromiso de los donadores puede estar bajo presión para adaptarse como una posible consecuencia de la promoción continuada de la democratización. Esto los forzará a enfrentar la pregunta de si la corrupción podría ser un componente integral del modelo y si bien confrontan los riesgos asociados con ella o empiezan a ignorar la corrupción a favor de algunos objetivos de una agenda más amplia que tienen menos que ver con la ética internacional y más con las realidades internacionales del capitalismo de mercado.

(8) “Más allá de la responsabilidad social corporativa: pececillos de agua dulce, mamuts y mercados” (Beyond corporate social responsibility: minnows, mammoths and markets), Deborah Doane (pp. 215-229)

La ‘Responsabilidad Social Corporativa’ (RSC) se ha vuelto la receta principal de las empresas y los gobiernos para tratar con males sociales y ambientales. Se trata de una forma voluntaria de auto-regulación que tiene como objetivo abordar todo, desde derechos humanos y estándares laborales hasta limitar las emisiones de bióxido de carbono que conducen al cambio climático. Pero debido a que la RSC descansa en última instancia dentro del marco de los mercados, y requiere incentivos basados en los mercados para que las compañías inviertan en tales programas, finalmente caen presas de los caprichos del mercado. Los mitos de la RSC incluyen que los reportos voluntarios mejoran el comportamiento; que los códigos y sistemas de administración cambian el comportamiento corporativo; que el consumidor manejará el cambio; y que la comunidad de inversionistas proporcionará el mejor incentivo para que los negocios se comporten de una manera más sustentable. Volver a prever empresas éticas requiere que miremos a oportunidades por debajo de la pantalla del radar y no a minimizar los impactos de los grandes negocios; requiere entender y proveer a las instituciones para que apoyen a los ‘pequeños peces de agua dulce éticos’: aquellos negocios que operan sobre una plataforma sustentable y proporcionan un retorno social a la inversión, más allá de la mera ganancia. Finalmente, si queremos ver un futuro sustentable, necesitamos transformar los mercados de manera que veamos el final del enfoque del gran ganador corporativo toma todo.

(9) “Ética de servicio público en un mundo cambiante” (Public service ethics in a changing world), Alan Lawton (pp. 231-243)

Los pasados 25 años han visto cambios profundos en la administración y entrega de servicios públicos a lo largo del Reino Unido y en otras partes. Tales desarrollos, conocidos como Nueva Administración Pública, se han implantado, con mayor o menor extensión, en muchos países de la OCDE. Estos desarrollos han tenido un impacto sobre la ética del servicio público en un número de diferentes maneras: Este artículo explora cuatro temas que surgen de estos desarrollos, i.e. (1) regímenes y resultados regulatorios; (2) estructuras, relaciones y sociedades organizacionales cambiantes; (3) el etos del servicio público; y (4) la virtud individual. Los temas están localizados dentro de un conjunto complejo de relaciones mutuas que involucran a individuos, organizaciones, gobierno y sociedad. El comportamiento ético reflejará un balance entre estas relaciones, expresado en decisiones tomadas dentro de un “espacio de problemas” característico de los servicios públicos.

(10) “El surgimiento de la ética del espacio: el caso de la agencia espacial francesa” (The emergence of the ethics of space: the case of the French space agency), Jacques Arnould (pp. 245-254)

La ética del espacio es un fenómeno reciente. Aunque los comités de ética se han establecido ya en muchos campos de la ciencia y la tecnología, el dominio de la astronáutica sólo está siguiendo estos pasos gradualmente. Existen muchos asuntos éticos que abordar; entre ellos los escombros espaciales, el estado legal del espacio, los vuelos espaciales habitados y el papel de los astronautas. Igualmente retadores son los imperativos económicos del espacio, que conforme crecen amenazan con darle la vuelta a la práctica ética científica implícita establecida. Las agencias espaciales francesa y europea han empezado a desarrollar las dimensiones éticas de sus actividades. En este artículo se hace una comparación de sus enfoques. Se sugiere que un enfoque evolucionario e integral es preferible a los comités externos, en tanto que el mismo espacio proporciona un ambiente siempre cambiante. La ética, como la nueva frontera para los actores espaciales, demanda un compromiso filosófico y humanista real.

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