Número 376, Julio-Agosto, 2011


Publicado en: martes 30, agosto, 2011

(1) «Editorial: La energía del futuro» (Editorial: L’énergie du futur), Hugues de Jouvenel, p. 3.

(2)En la editorial del número de Futuribles de enero de 2006 sobre el desarrollo durable, Hugues de Jouvenel denunció la irresponsabilidad de los sesentayochoeros que, después de haberse levantado contra el evangelio del crecimiento, una vez llegados a los asuntos, no han emprendido ninguna de las reformas profundas que se imponían, tanto en Francia como en el plano internacional. Subrayaba notablemente el carácter insostenible de un modelo de desarrollo que desde hace tiempo sabemos descansa en una explotación excesiva de los recursos limitados del planeta, y genera perturbaciones profundas del ecosistema. Recordaba además que, en tanto que los países emergentes tenderían a adoptar el mismo modo de crecimiento que los países occidentales -¿a nombre de que se les reprocharía?- se plantearía con mayor agudeza la cuestión de la supervivencia de la humanidad.

«Escenarios de la demanda de energía: Una retrospectiva crítica. Enseñanzas del pasado para beneficio de la exploración del futuro» (Scénarios de la demande en énergie: une rétrospective critique. Tirer les enseignements du passé au profit de l’exploration du futur), Marie-Hélène Laurent, François Cattier, Dominique Osso y Prabodh Pourouchottamin, pp. 5-28.

En el artículo sobre los prospectos de gas y petróleo publicado en el pasado mes de abril (Futuribles, No. 373), Jean Laherrère mostró (p. 25) cómo los pronósticos de gas natural en Estados Unidos desde 1985 han resultado muy lejanos del desarrollo real registrado subsecuentemente. Tales comparaciones retrospectivas son bastante raras, aunque solo sea porque los pronosticadores y otros elaboradores de estudios de planeación de largo plazo prefieren mirar al futuro más que al pasado. Sin embargo, como se muestra en este artículo de Marie-Hélène Laurent, François Cattier, Dominique Osso y Prabodh Pourouchottamin, quienes han intentado realizar tal análisis retrospectivo de estudios de previsión sobre la demanda energética, tales comparaciones tienen mucho que enseñarnos. Luego de especificar la naturaleza de los estudios analizados (proyecciones, estudios de previsión, proyecciones), lo que éstos cubren y la manera en que fueron elaborados (el uso de un escenario de referencia, en particular), los autores -aunque cautelosos sobre la relevancia de tales comparaciones retrospectivas- se hacen tres preguntas. Primero, ¿estuvo equivocado el estudio y, si así fue, en qué medida y en qué dirección? Luego, ¿por qué estuvo equivocado el estudio? Muestran, por ejemplo, los varios tipos de posibles errores (trayectoria, tendencia, variabilidad, etc.) y su impacto, la importancia de la calidad de las hipótesis y del perfil de los autores involucrados, y las lecciones que pueden derivarse. Finalmente, planteando la pregunta sobre la seriedad de los errores encontrados, Laurent et al buscan poner las cosas en perspectiva: por una parte, las comparaciones retrospectivas ayudan a refinar el análisis y reducir los riesgos potenciales de error en tales ejercicios; por otra, permiten comprender mejor los sistemas de consumo de manera dinámica, para identificar los sectores en los que es más difícil lograr un cambio, y refinar las escalas de tiempo de las medidas que serán implantadas -siendo el elemento clave de todos los estudios de previsión el que las hipótesis y escenarios deberían ser comunicados con la mayor transparencia posible.

Palabras clave: energía; prospectiva; escenarios; retrospectiva; revisión; naturaleza de los estudios; manera de elaboración; equivocaciones.

(3) «Las energías renovables: ¿Hasta dónde?» (Les énergies renouvelables: jusqu’où?), Cédric Philibert, pp. 29-46.

Hace poco más de cinco años, en enero de 2006, Futuribles dedicó un número especial voluminoso a los prospectos energéticos y el efecto de invernadero (No. 315). Esos eran tiempos preocupantes y los prospectos sombríos para el desarrollo de fuentes de energía y el problemático cambio climático fueron analizados en varios artículos. De acuerdo con ciertos expertos, el «pico petrolero» ya fue alcanzado en ese mismo año de 2006: esto es, se pensó que la producción de petróleo había alcanzado ya su valor máximo y que subsecuentemente se estancaría antes de declinar (de manera más o menos rápida). Más aún, la producción de gas debería alcanzar un techo alrededor de los años 2025-2030, como Jean Laherrère lo mostró en estas columnas el pasado mes de abril (Futuribles, No. 373). En este contexto, y dados los innegables esfuerzos que deberán hacerse para limitar el calentamiento global, se ha vuelto esencial, por una parte, actuar para controlar el uso de energía, y, por otra, mirar hacia otras fuentes de producción de energía -siendo esta segunda opción sin duda más fácil de implantar que una reducción en el consumo. Sin lugar a dudas, las energías renovables tienen que jugar un papel futuro esencial en la diversificación de la mezcla energética y la orientación hacia un desarrollo sustentable. Cédric Philibert, un especialista en estas formas de energía dentro de la Agencia Internacional de Energía, bosqueja aquí su potencial y el papel que podrían jugar en los años venideros. Luego de presentar los escenarios de la Agencia Internacional de Energía a los años 2035 y 2050 (que revelan la necesidad de políticas proactivas para promover las energías renovables), se centra en dos principales ramales en este sector: energía eólica y energía solar. Luego pasa a la cuestión del significado de «renovable»: ¿son estas energías 100% renovables, o su suministro tiene que suplementarse, los recursos almacenarse, etc.? Analiza el papel que las energías renovables podrían jugar en las edificaciones y en los diversos sectores de la industria y el transporte, y bajo que condiciones técnicas ello podría ocurrir. Finalmente, Philibert examina los aspectos económicos: ¿Qué costos para qué beneficios? Muestra en sustancia que, aunque la inversión inicial requerida es grande (particularmente en medidas de incentivos por parte de las autoridades públicas), el juego ciertamente vale la pena en el largo plazo, dado que «el despliegue masivo de energías renovables parece ser la llave hoy» para responder a las necesidades globales de energía y combatir el cambio climático.

Palabras clave: cambio climático; calentamiento global; energía; fuentes renovables; diversificación; progreso científico; escenarios; Agencia Internacional de Energía; condiciones técnicas; economía.

(4) «La eficacia energética en la industria de la construcción mediterránea» (L’efficacité énergétique dans le bâtiment en Méditerranée), Henri-Luc Thibault y El Habib El Andaloussi, pp. 47-60.

A pesar de las alertas que han sonado desde 1992, conforme conferencias internacionales orientadas a modificar el calentamiento global han ido y venido, y a pesar de los planes para reducir el uso de los recursos de combustibles fósiles que hacen un llamado para moderar el consumo de energía, en realidad se han realizado pocas acciones e implantado pocas medidas de incentivos (y todavía menos directrices) para actuar sobre la demanda de energía. Con todo, como Henri-Luc Thibault y El Habib El Andaloussi muestran aquí, algunas medidas muy concretas pueden tener efectos importantes en esta área. Este es el caso con todo lo que se relaciona con la mejora de la eficiencia energética en edificaciones, donde están involucradas las condiciones de las viviendas, el inventario de viviendas y el consumo de energía relacionado con ellas (calentamiento, aire acondicionado, etc.) Thibault y El Andaloussi muestran el potencial impacto de tales medidas en la región mediterránea. Basándose en los trabajos de la organización «Plan Azul», que ha elaborado un escenario revolucionario para el campo de la energía en los países del sur y el este del Mediterráneo (al año 2030), comienzan por recordar la importancia de las edificaciones en el consumo regional de energía y los diversos mecanismos que podrían emplearse para reducir ese consumo (regulaciones, materiales, eficiencia de la maquinaria, etc.). En un escenario tal, el potencial de ahorros energéticos en este sector sería considerable. Más aún, ello permitiría un decremento sustantivo en las emisiones de gases de efecto invernadero y podría tener también efectos muy positivos en términos de creación de empleos. En conclusión, los autores señalan la necesidad de invertir durante los próximos 20 años, dependiendo del país en particular al que se haga referencia, para poner en marcha las cinco medidas líderes de ahorro de energía, mismas que serían inversiones genuinas para el futuro.

Palabras clave: hábitat; calentamiento global; equipamiento; energía; países mediterráneos; Plan Azul; eficiencia energética; edificaciones; ahorro de energía.

(5) «El escenario Négatep: Un escenario de lucha contra el calentamiento climático» (Le scénario Négatep. Un scénario de lutte contre le réchauffement climatique), Clau de Acket y Pierre Bacher, pp. 61-80.

Ha habido un número creciente de ejercicios de previsión en el campo de la energía y el calentamiento global en años recientes, como lo hemos visto en los artículos dedicados a estas cuestiones en Futuribles en 2011 (tanto en este número como en el de abril). Ciertamente las metas de reducción de gases de efecto invernadero son más bien ambiciosas, particularmente en Francia, donde el objetivo de la ley marco francesa sobre energía de 2005 es reducir las descargas de gases de carbón por un factor de cuatro. Entre estos escenarios, el escenario Négatep desarrollado por Claude Acket y Pierre Bacher de la Asociación «Salvemos al Clima», propone lograr esta meta («factor 4») en el año 2050 reduciendo el uso de combustibles fósiles en un 75% y reemplazándolo tan pronto como sea posible con electricidad producida a partir de fuentes no emisoras de gases de carbono -principalmente energía nuclear y energías renovables. Los autores plantean sus objetivos aquí, respaldados por cifras, comparándolos con el escenario de referencia. También muestran la trayectoria que debe seguirse para alcanzar estos objetivos, particularmente en los sectores residencial y terciario, y en el transporte y la industria (a través del control de las necesidades y recurriendo a fuentes alternativas de energía) Cierran comparando el escenario Négatep con otros dos escenarios más recientes también orientados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, por una parte en Europa y por otra en Alemania. La comparación confirma que estaban en lo correcto al descansar en la electricidad como sustituto del petróleo, pero les causa preocupación con respecto a las consecuencias (formidables, desde su punto de vista) que el reemplazo de la energía nuclear y la energía del carbón por energías renovables intermitentes podría tener en Europa, tanto por lo que toca a los costos como por lo que se refiere a los efectos sobre la red de energía eléctrica.

Palabras clave: previsión; energía; clima; calentamiento global; escenarios; escenario Négatep; reducción de combustibles fósiles; factor 4; electricidad; energía nuclear; fuentes renovables; trayectoria; comparación; escenario europeo; escenario alemán; consecuencias.

(6) «La revolución negaWatt, ¿es realizable? Promesas y límites de un escenario de ruptura» (La révolution négaWatt est-elle réalisable? Promesses et limites d’un scénario de rupture), Bernard David, pp. 81-98.

En le crecientemente alarmante contexto del agotamiento de los combustibles fósiles y el cambio climático global, en años recientes se han realizado varios ejercicios de previsión con el objetivo de determinar trayectorias alternativas para la producción y consumo de energía. Entre éstos, un escenario referido a Francia -el escenario négaWatt- fue publicado en 2003 y luego actualizado en 2006. Dicho escenario propuso un cambio radical en este campo, con base en tres principales palancas: conservación de energía; eficiencia energética; y el desarrollo de fuentes renovables de energía. A principios de 2007 Futuribles llamó a los autores de este escenario para que describiesen este trabajo original en la revista; pero, a pesar de los contactos y de los esfuerzos de seguimiento, algunos de ellos como parte de la preparación de este número especial sobre problemas energéticos, no fue posible obtener un artículo por parte de los responsables del escenario négaWatt. De hecho, es Bernard David quien amablemente ha aceptado escribir un análisis crítico de este trabajo para Futuribles. Aquí bosqueja los elementos básicos del escenario négaWatt, describiendo tanto su originalidad como sus limitaciones. Resalta, en particular, varias cuestiones esenciales para llegar a una evaluación ecológica global de las soluciones propuestas por négaWatt, para asegurarse de que no conducen a un consumo indirecto o a contaminación que podría contrarrestar los ahorros de energía esperados (es por ello que los análisis de ciclo de vida son tan valiosos). Obviamente lamentamos que la Asociación «négaWatt» no haya podido presentar este trabajo y el propio escenario, y esperamos que las preguntas planteadas por Bernard David la estimularán a hacerlo en estas páginas en el futuro cercano.

Palabras clave: energía; modos de vida; desarrollo durable; escenarios; escenario négaWatt; conservación de energía; eficiencia energética; fuentes renovables de energía; evaluación ecológica global; limitaciones; ciclo de vida.

(7) «Prospectiva Energía en agricultura 2030. ¿Cómo se adaptará la agricultura a los futuros desafíos energéticos?» (Prospective Agriculture énergie 2030. Comment l’agriculture s’adaptera-t-elle aux futurs défis énergétiques?), Céline Laisney, Fabienne Portet et Julien Vert, pp. 99-116.

Como todas las demás actividades económicas, la agricultura consume energía; es también, sin embargo, de manera creciente productora de energía (a través de la biomasa y los biocombustibles, por ejemplo). En un contexto energético que está cambiando con rapidez debido al agotamiento de los recursos fósiles y la batalla contra el calentamiento global, es esencial poder prever la participación del sector de la agricultura -y de sus principales actores- en los retos relacionados con la energía. Es por ello que el Centro de Estudios y de Prospectiva del Ministerio de Agricultura francés lanzó en 2009-2010 un amplio estudio de prospectiva titulado «Energía en agricultura 2030», cuyas lecciones centrales son reportadas aquí por Céline Laisney, Fabienne Portet y Julien Vert. Luego de una evaluación en la que especifican los vínculos entre agricultura y energía en Francia y enfatizan los varios asuntos de mediano y largo plazos en este campo, los autores bosquejan este estudio de prospectiva y los cuatro escenarios a los que dio origen. Estos cuatro escenarios contrastantes, cada uno traducido a cifras, describe los probables desarrollos de la agricultura francesa en varios contextos energéticos hasta el año 2030. Los escenarios son denominados, respectivamente: «Territorialización y conservación de energía frente a la crisis»; Agricultura dual y realismo energético»; «Salud-agricultura sin fuertes restricciones energéticas»; y Agricultura ecológica y administración de energía». Resaltando las dificultades por venir, pero también las oportunidades disponibles en el sector agrícola, estos escenarios proporcionan a las autoridades públicas nuevos elementos para alimentar a sus estrategias agrícolas, indican el margen de maniobra existente y permiten identificar objetivos generales y varias posibles palancas de cambio, dependiendo de las líneas de acción preferidas.

Palabras clave: agricultura; energía; vínculos; ambiente; recursos naturales; escenarios; Francia; dificultades futuras; oportunidades; estrategias; margen de maniobra; palancas de cambio.

(8) «Foro: La energía nuclear, ¿solución del porvenir o del pasado?» (Forum: Le nucléaire, solution d’avenir ou du passé?), Corinne Lepage, pp. 117-122.

El 11 de marzo de 2011 Japón sufrió un temblor de gran magnitud, seguido por un tsunami que mató a miles en la región de Sendai y, más importante, condujo a un desastre mayor en la planta de energía eléctrica de Fukushima. Este accidente nuclear calificó en el nivel más alto de severidad en la escala internacional de eventos nucleares, haciéndolo el mayo desde Chernobyl en 1986. Todavía es imposible evaluar el alcance preciso de las consecuencias económicas, de salud y humanas de este desastre, pero está claro que ha disparado una vez más intensos debates sobre el asunto nuclear. Aún cuando los desastres nucleares de esta magnitud son relativamente raros, dadas las consecuencias que les siguen, ¿se justifica continuar recurriendo a esta fuente de energía cuando, aunque admitiendo que emite pocos gases de «efecto invernadero», produce muchos desechos altamente peligrosos que a menudo permanecen siendo tóxicos durante más de un siglo? En este número de verano dedicado por complete a cuestiones energéticas, Futuribles plantea esta pregunta en su columna «Foro». Corinne Lepage, especialista en cuestiones ambientales y antigua ministra del ambiente de Francia, ofrece sus puntos de vista aquí, planteando en sustancia que los peligros humanos, ecológicos y financieros son demasiado grandes como para correr el riesgo, particularmente en un mundo en el que las fuentes renovables de energía pueden ahora responder en gran parte a los retos energético y climático con los que debemos luchar.

Palabras clave: política energética; energía nuclear; fuentes renovables de energía; desarrollo durable; accidente de Fukushima; riesgos; desechos tóxicos.

(9) «Foro: La energía nuclear después de Fukushima» (L’énergie nucléaire après Fukushima), Bernard Bigot, pp. 123-128.

El 11 de marzo de 2011 Japón sufrió un temblor de gran magnitud, seguido por un tsunami que mató a miles en la región de Sendai y, más importante, condujo a un desastre mayor en la planta de energía eléctrica de Fukushima. Este accidente nuclear calificó en el nivel más alto de severidad en la escala internacional de eventos nucleares, haciéndolo el mayo desde Chernobyl en 1986. Todavía es imposible evaluar el alcance preciso de las consecuencias económicas, de salud y humanas de este desastre, pero está claro que ha disparado una vez más intensos debates sobre el asunto nuclear. Futuribles hace eco de ello en las columnas del «Foro» en este número de verano totalmente dedicado a cuestiones energéticas. Bernard Bigot, oficial ejecutivo en jefe de la organización de investigación tecnológica CEA repasa el desastre de Fukushima y lo que por él cambia (o no cambia) por lo que toca al uso de la energía nuclear, particularmente en Francia. Luego de recordar las lecciones de anteriores desastres nucleares, que condujeron al desarrollo de la tercera generación de plantas eléctricas nucleares, nos recuerda la actual necesidad indisputable de liberarnos de la dependencia de los combustibles fósiles, lo que sin duda involucra un uso creciente de fuentes renovables, pero que escasamente puede contemplarse sin la energía nuclear. Finalmente, en lo que toca al desastre de Fukushima, Bernard Bigot muestra cómo, desde su punto de vista, fue producto predominantemente de un error de administración, del que deben sacarse lecciones para mejorar las condiciones de seguridad de las plantas nucleares proyectadas o existentes y permitir al personal responsable entregar la respuesta correcta tan rápido como sea posible cuando ocurre un accidente. En este contexto y dado el alto nivel de dependencia de Francia en la energía nuclear, el nivel de uso de esta fuente d energía no debería reducirse como consecuencia de los eventos de marzo de 2011.

Palabras clave: política energética; Francia; energía nuclear; riesgos industriales; accidente de Fukushima; impacto; error de administración; lecciones aprendidas; seguridad mejorada; velocidad de respuesta.

(10) «Foro: Las consecuencias del accidente de Fukushima» (Les conséquences de l’accident de Fukushima), Michel Drancourt, pp. 129-138.

El 11 de marzo de 2011 Japón sufrió un temblor de muy alta magnitud, seguido de un tsunami que dejó miles de muertos en la región de Sendai, cuya principal consecuencia fue un importante desastre nuclear en la planta de electricidad de Fukushima. Dada su seriedad (el nivel más alto en la escala internacional de eventos nucleares), el accidente revivió los más fieros debates entre quienes apoyan y quienes se oponen a la energía nuclear, debates a los que Futuribles les hace eco en la sección del «Foro» de este número especial. Sin tomar partido en el debate, Michel Drancourt da su opinión sobre la cuestión, intentando evaluar las consecuencias del desastre tanto para Japón como para el mundo. Empieza a partir de un artículo publicado en Futuribles hace más de 20 años (No. 136, Octubre 1989), que planteó las conclusiones de un reporte del Banco Tokai sobre las potenciales consecuencias económicas de un terremoto en Tokio. Como él lo enfatiza, la situación ha cambiado y Japón ya no ocupa el lugar central en los tratos financieros y comerciales que ocupaba en la década de los 1980; a pesar de ello, el país sigue siendo un importador e importante proveedor de muchos productos, y un Japón debilitado tendrá consecuencias industriales, políticas y económicas para el resto del mundo. Como comparación entre el escenario de 1989 y la realidad en 2011, una de las lecciones a ser aprendidas es que el escenario no habría estado muy equivocado si el terremoto no hubiese sido acompañado por el tsunami y el subsecuente accidente nuclear. De ahí, dos conclusiones de largo plazo: en los ejercicios de prospectiva no deberíamos de trabajar sobre la base de un riesgo único, aislado; y, más importante, las fuentes de producción de energía deberían diversificarse tanto como sea posible.

Palabras clave: catástrofes; Japón; accidente nuclear; Fukushima; impacto; comercio internacional; energía; administración; ambiente; riesgos múltiples; diversificación de fuentes de energía.

(11) «Tribuna europea: Europa y sus objetivos energéticos» (Tribune européenne: L’Europe et ses objectifs énergétiques), Jean-François Drevet.

En sintonía con el tema central de este número de verano, en este artículo Jean-François Drevet presenta los principales objetivos la política de la Unión Europea en el campo de la energía. Luego de recordarnos que, hablando estrictamente, no existe una política energética común en Europa, bosqueja los cuatro principales retos que enfrenta la Unión en esta área: ahorro de energía; la producción de energía renovable (con el objetivo declarado de cubrir 20% del consumo final a partir de fuentes renovables en el año 2020); la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (para lo que las metas declaradas son particularmente ambiciosas); y, finalmente, problemas de seguridad de energía (particularmente, la cuestión del suministro de energía a aquellos países más dependientes de las provisiones externas). En todos estos campos es, una vez más, la fortaleza de una comunidad unida la que puede hacer la diferencia, aunque esto presenta otro reto sustancial, dada la creciente desconfianza de los clientes, quienes tienden a atribuir los recientes incrementos en los precios de la energía a la liberalización del mercado traída en años recientes bajo la égida de la Unión Europea.

Palabras clave: política; energía; clima; Unión Europea; retos; ahorro de energía; energías renovables; emisiones de gases de efecto invernadero; seguridad energética; desconfianza de consumidores.

(12) «Actualidades prospectivas: Ideas y hechos portadores de futuro» (Actualités prospectives: Idées & faits porteurs d’avenir).

(13) «Bibliografía: Análisis críticos y rendición de cuentas» (Bibliographie: Analyses critiques & comptes rendús).

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