Número 380, Diciembre, 2011


Publicado en: sábado 31, diciembre, 2011

(1) Editorial: «El G20, ¿y después?» (Le G20, et après?), Hugues de Jouvenel, pp. 3-4.

La relanzamiento mundial se ha quedado sin aliento, notablemente en los países desarrollados, alcanzando el desempleo niveles inaceptables. Las tensiones sobre los mercados financieros se han acentuado, esencialmente debido a los riesgos vinculados con las deudas soberanas en Europa. Aparecen signos claros de desaceleración. Los desequilibrios persisten…También «reafirmamos nuestro compromiso de trabajar juntos y hemos tomado decisiones con vistas a re-dinamizar el crecimiento económico, a crear empleos, a asegurar la estabilidad financiera, a favorecer la integración social y a poner la mundialización al servicio de las necesidades de la población». Así comienza el comunicado final de la cumbre de los jefes de estado y de gobiernos del G20 que tuvo lugar en Cannes el 3 y 4 de noviembre de 2011, mientras que la pareja franco-alemana trataba de detener la crisis griega y antes de que la propia Italia vacilase. Pero, ¿qué importa? «Para superar los desafíos inmediatos que se le plantean a la economía mundial, afirman los mismos responsables, nos comprometemos a coordinar nuestras acciones y nuestras políticas».

Palabras clave: Unión Europea; crisis económica; gobernanza; coordinación de acciones; G20; desempleo.

(2) «India/China: Los progresos innegables. Sobre el buen uso del crecimiento económico» (Inde/Chine: des progrès inégaux. Du bon usage de la croissance économique), Amartya Sen, pp. 5-14.

La crisis económica y financiera que ha estado sacudiendo al mundo desde hace unos años ha confirmado, si se requería confirmación, que el centro de gravedad de la economía mundial se ha trasladado bien y verdaderamente a Asia, donde los occidentales están desgarrados en su admiración entre los dos gigantes demográficos, India y China. Ambos países tienen actualmente tasas de crecimiento económico cercanas al 10%, lo que les parece alucinante a las «viejas» democracias. Con todo, el crecimiento económico no es todo, como nos lo recuerda aquí Amartya Sen. Es esencial también mirar a lo que las autoridades hacen con este crecimiento económico. Ahora, juzgando con criterios más cualitativos, tales como las condiciones de vida (salud, educación, cuidado social, etc.), los dos gigantes asiáticos no están en el mismo estadio. Y, contra lo que pudiera pensarse, no es India, el más democrático de los dos países y el que tiene mayor respeto por los derechos humanos, el que puede mostrar los mejores resultados en términos de condiciones de vida para la mayoría de la población. Muy por el contrario, es China y su régimen autoritario el que más invierte en mejorar las condiciones de vida de su población. En este análisis basado en evidencias, el ganador del Premio Nobel 1998 en economía le recuerda a su país de origen, India (el cual, como él muestra, también es superado por Bangladesh en términos de calidad de vida), cómo es esencial no enfocarse en la tasa de crecimiento del PIB «en sí misma», sino traer a la agenda política diversos asuntos sociales, si se desea que el desarrollo económico genuinamente traiga una mejora en el bienestar de toda la población.

Palabras clave: India; China; desarrollo económico; condiciones de vida; bienestar social.

(3) «Perspectivas energéticas en África del Oeste» (Perspectives énergétiques en Afrique de l’Ouest), Denise Houphouet-Boigny y Kroa Acka Delacroix, pp. 15-26.

En 2011, Futuribles le ha dado gran cantidad de espacio en su revista a las cuestiones energéticas, particularmente las que se refieren al agotamiento de los recursos fósiles y al cambio climático. Sin embargo, pocos de esos artículos han incluido análisis regionales de los problemas energéticos. Este artículo, de Denise Houphouet-Boigny y Kroa Acka Delacroix remedia en parte esta falla, planteando los prospectos energéticos para una región a la que no le faltan recursos, pero en la que resta mucho por hacer para explotarlos de manera sustentable y para el beneficio de todos: África Occidental. Los autores comienzan por recordarnos los componentes del suministro de energía en esta región, tanto en términos de combustibles fósiles como de energías renovables. Luego examinan posibles trayectorias de acción subregional (particularmente a través de ECOWAS, la Comunidad Económica de Estados Africanos Occidentales) para satisfacer los varios retos actuales y futuros en términos de provisión de energía. Muestran que, junto con las acciones locales o nacionales para desarrollar el uso de la energía solar y eólica, o los biocombustibles, para reemplazar la quema de biomasa que causa altos niveles de contaminación, la cooperación subregional y la constitución de fondos comunes de inversión en el sector de energías renovables (empezando por la hidroelectricidad) constituyen una opción estratégica esencial y, sin duda, un factor decisivo para el desarrollo de África Occidental.

Palabras clave: energía; África Occidental; fuentes renovables; acciones subregionales; ECOWAS; fondos comunes de inversión.

(4) «El escepticismo-climático: Reflexiones sobre la confusión de géneros» (Le climato-scepticisme. Réflexions sur la confusion des genres), Antonin Pottier, pp. 27-40.

Para cuando este número de Futuribles salga a la luz, la ya tradicional conferencia internacional sobre cambio climático, planeada para celebrarse del 28 de noviembre al 9 de diciembre de 2011, habrá comenzado en Durban, donde las diferentes naciones intentarán nuevamente acordar una serie de medidas con el objetivo de detener el calentamiento de nuestro planeta. Está lejos la certeza de que tendrán éxito al hacerlo, a pesar de un diagnóstico -reconociendo el calentamiento global y sus orígenes antropogénicos- que es compartido casi unánimemente por la comunidad científica. Decimos «casi» ya que unos cuantos individuos dispersos -los llamados «escépticos climáticos»- todavía disputan el hecho de que el cambio climático está ocurriendo. Futuribles ya ha dedicado (en marzo de 2005) una larga sección del «Foro» a una de las figures emblemáticas de esta tendencia, Bjørn Lomborg. Regresamos ahora al tema mediante el análisis de Antonin Pottier, quien examina los mecanismos socio-psicológicos subyacentes a la posición climático-escéptica. Pottier distingue entre dos elementos en el debate sobre el cambio climático: un componente «diagnóstico», incluyendo la observación del calentamiento del planeta, sus causas (la emisión de gases de efecto invernadero) y sus posibles consecuencias (un escenario tendiente hacia perturbaciones climáticas de gran escala), y un componente «prescriptivo» que, tomando en cuenta el diagnóstico, propone medidas políticas y que se relaciona no sólo con observaciones científicas sino con una evaluación moral de la situación. Luego de recordarnos que «alimenta» al debate (el elemento de incertidumbre que, argumenta Pottier, puede relacionarse sólo con la visión del futuro probable que emerge de la observación de los hechos, no con la descripción de los hechos observados), nos muestra que los argumentos climático-escépticos surgen de una confusión entre diagnóstico y prescripción: es debido a que rechazan la necesidad de, o el contenido de, las políticas climáticas por lo que terminan negando la realidad científica del cambio climático, cambiando el terreno del debate y dirigiéndose con mayor profundidad hacia el error. Esta postura es más dañina al tener un amplio eco en los medios de comunicación, tendiendo a agregar un toque de mayor confusión a la información disponible para el público: «las percepciones de los ciudadanos sobre asuntos contemporáneos son sesgadas a favor de aquellos intereses que podrían verse seriamente impactados por una campaña contra la emisión de gases de efecto invernadero».

Palabras clave: clima; políticas ambientales; análisis sociológico; datos del cambio climático; causas; posibles consecuencias; prescripciones; medidas políticas; reducción de emisiones; gases de efecto invernadero; medios de comunicación; intereses.

(5) «La escuela frente al riesgo de la libertad» (L’école au risque de la liberté), Daniel Gouadain, pp. 41-56.

Si bien Francia le dedica más del 6% de su PIB al gasto en educación (en 2009), las comparaciones internacionales sugieren que el sistema educativo francés no necesariamente está comportándose de manera conmensurada con ese nivel de inversión. Ello se debe a que el modelo educativo establecido primero en Francia a fines del siglo diecinueve y que ha seguido en operación desde entonces, quizá ya no es apropiado para las demandas del siglo veintiuno. Como lo muestra Daniel Gouadain aquí, el elitismo republicano, basado en el principio de igualdad de oportunidades para todos, no logra igualdad u homogeneidad de resultados al final de la escolaridad. Por el contrario, como está concebido actualmente, el sistema francés es incapaz de darle a todos los niños alumnos los medios para adquirir el «núcleo común de conocimiento y habilidades» del que con tanta frecuencia hablan los tomadores de decisiones. Y aunque es difícil imaginar una reforma radical en el corto plazo, dados los muchos jugadores involucrados y la herencia del pasado que pesa sobre el sistema educativo francés, sin duda son posibles medidas graduales orientadas a reorganizar las escuelas para satisfacer los retos sociales y educativos de hoy -ya no digamos los de mañana. Gouadain bosqueja aquí unas cuantas de tales medidas, enfatizando en particular la importancia de la educación secundaria y el reclutamiento de profesores, subrayando en particular la necesidad de una genuina habilidad mixta de enseñanza en los salones de clase franceses para escapar del círculo vicioso en el que una pequeña elite recibe una muy buena educación, mientras que el nivel de la gran mayoría se estanca o declina. Para lograr esto será necesario tomar el riesgo de introducir libertad en el sistema educativo francés, siendo cuidadosos a la vez de no sacrificar los otros ideales educativos en el altar de las fuerzas del mercado.

Palabras clave: Francia; enseñanza; elite; desigualdad social; reforma administrativa; libertad en salones de clase.

(6) Futuros de antaño: «Sobre la reforma de la enseñanza (1943)» (Sur la réforme de l’enseignement (1943)), Marc Bloch, pp. 57-62.

Regularmente, y en particular en ocasión de los informes de PISA comparando el nivel de habilidades de los alumnos de 15 años en los países de la OCDE, Francia es sujeto de críticas, con el nivel de los alumnos de las escuelas francesas alcanzando a duras penas la media internacional (con una tendencia, en general, a caer), a pesar de un nivel de gasto en educación más bien más alto que el promedio de la OCDE. Ello se debe a que, en Francia, la tradición educativa considera al aprendizaje como un fin en sí mismo, y como más importante que aprender a enfrentar las necesidades concretas de lo cotidiano, con las que el estudiante tendrá que vérselas cuando sea adulto. Esta situación no es nueva, como lo atestigua el artículo que se reproduce aquí de la pluma de Marc Bloch. Escribiendo en 1943, deplora todas las fallas que quienes fueron estudiantes en la escuela -y quienes actualmente estudian en escuelas francesas- ya han experimentado: una cultura de abarrotamiento, una «obsesión con los exámenes», un descuido del pensamiento crítico, una cultura de elitismo, una actitud de mirada hacia adentro y una falta de entusiasmo por las aplicaciones concretas… Estas son características del sistema educativo francés que, como lo enfatiza Marc Bloch, cuentan contra el país, dañando «seriamente» su «influencia internacional», proporcionando una preparación pobre para los asuntos cruciales de la investigación científica y permitiendo una pobre adaptación al cambio. De ahí la urgente necesidad de una reforma concienzuda, para ofrecer una «educación secundaria… que sea tanto abierta como [dirigida a] entrenar elites, sin importar su origen o riqueza», para darle un papel principal a las disciplinas basadas en la observación, para permitir a los jóvenes adquirir una «imagen del mundo verdadera y comprehensiva», y para reemplazar las grandes escuelas elitistas y las «facultades rígidas» que se han osificado alrededor de una sola especialidad, por agrupamientos multi-disciplinarios. Una necesidad urgente que claramente no convenció a los tomadores de decisiones a cargo de la educación francesa, ya que, casi 70 años después y a pesar de un gran número de reportes que incluyen muchos de los mismos argumentos, las quejas sobre el sistema educativo francés -tales como las expresadas por Daniel Gouadain en este mismo número- prácticamente no han cambiado.

Palabras clave: Francia; sistema educativo; aprendizaje; enseñanza; fallas; reforma administrativa; multi-dsciplinas.

(7) Tribuna europea: «La política exterior de Turquía y Europa» (La politique étrangère de la Turquie et l’Europe), Jean-François Drevet, pp. 63-70.

En el actual contexto de las «primaveras árabes» y la Victoria del Partido Islamista Ennahda en las elecciones celebradas a fines de octubre de 2011 en Túnez, la situación en Turquía está atrayendo cada vez más interés. Como se vio el mes pasado en estas páginas, este país situado en la frontera entre el este y el oeste, que es secular y democrático y a pesar de de ello es conducido por un gobierno islámico que ha contado con un amplio apoyo popular durante casi diez años, está actualmente reclamando su independencia diplomática y adquiriendo un alcance regional e internacional sin precedente. ¿Significa esto que Turquía le está dando la espalda a Europa y está mirando hacia el este? Ello parece altamente improbable, pero está claro, como lo muestra aquí Jean-François Drevet, que la nueva política exterior de Ankara tiene -y tendrá- consecuencias importantes para las relaciones entre Turquía y la Unión Europea, y quizá sobre sus prospectos de membresía de la Unión. Aparte de las viejas dificultades planteadas por el problema de Chipre, la determinación turca de darle una dimensión religiosa (en este caso, una islámica) a su política exterior podría plantear un nuevo obstáculo en la trayectoria hacia la membresía, de la misma manera que las dificultades que está experimentando Ankara en su intento por eliminar todos los problemas en sus relaciones con sus vecinos (en particular, Israel, Grecia y Armenia). Y aunque Turquía podría parecerle a los europeos un socio regional importante, no deberíamos caer -siempre que el país siga estando interesado en incorporarse a la Unión- en una política de indulgencia culpable hacia él, parecida a la practicada desde hace mucho por Estados Unidos.

Palabras clave: Turquía; política exterior; independencia; Unión Europea.

(8) Actualidades prospectivas: «Ideas y hechos portadores de futuro» (Idées & faits porteurs d’avenir), pp. 71-80.

(9) Bibliografía: «Análisis críticos y rendición de cuentas» (Analyses critiques & comptes rendus), pp. 81-92.

Escrito por:

FJBS Admin