Vol. 32, No. 1, Febrero 2000


Publicado en: domingo 27, febrero, 2000

(1) «Editorial» (Editorial), (pp. 1-5).

(2) «Deconstruyendo el año 2,000» (Deconstructing the year 2000), Sohail Inayatullah (pp. 7-15).

Como la muerte, el occidente se ha vuelto ubicuo. Pero, ¿continuará la hegemonía y existen algunas señales de una posible transformación desde adentro o desde el exterior? Se desarrollan tres alternativas para el occidente: (1) Un envejecimiento dramático de la población conducente a un futuro donde los inmigrantes son requeridos para la supervivencia, pero que, una vez en la tierra sagrada de Disney, el multiculturalismo podría hacer poroso al propio occidente; (2) Un genocidio contra los otros, resistiendo los procesos transformadores internos; y (3) la Sociedad Artificial, en la que la diversidad y los otros son alejados dado que la alta productividad puede lograrse a través de nuevas tecnologías de la información y genéticas, esto es, a través de una ciencia reduccionista y un progreso económico lineal. Aunque el ultimo escenario tecnocrático parece más probable, existen posibilidades de que pueda emerger un futuro más multicultural, gaiano, comunicativo, globalista.

(3) «Asegurando al futuro» (Ensuring the future), Bruce E. Tonn (pp. 17-26).

¿Puede la vida inteligente superar una colección de problemas auto-infligidos y florecer en el próximo siglo? Este artículo explora esta pregunta examinando las amenazas para el futuro. La cultura, instituciones y los procesos de toma de decisiones occidentales son vistos como anti-futuro y el peligro más fuerte para darle forma a un futuro viable para la humanidad. El artículo ofrece un programa imaginativo de investigación para superar este obstáculo y discute las contradicciones inherentes en la agenda.

(4) «Líneas de falla de la civilización globalizada» (Fault-lines of globalised civilisation), Jerry Ravetz (pp. 27-42).

Un género popular entre los futuristas profesionales es la extrapolación de tendencias, identificando aquellos aspectos del presente que es probable que se vuelvan dominantes en la formación del futuro. Estas es más probable que sean eutópicas que distópicas, por lo que el cliente recibe una restirada estética moderada, que después de todo es para lo que el futurista está siendo pagado. Este artículo ofrece un enfoque alternativo, que consiste en ver qué clase de cosas podrían salir mal en el próximo siglo. No hace ninguna declaración sobre la probabilidad de que cualquiera de ellas en particular ocurra, pero tiene como objetivo presentar una lista estructurada que podría ser útil para alertarnos a la apertura de cualquier línea de falla con un grado significativo. Podría haber un sentido acumulado de pesimismo conforme uno trabaja a través de estos análisis; pero ello no debería ser interpretado como condena. Todas las sociedades tienen sus dolencias, la mayoría de las cuales no son letales y algunas de las cuales de hecho son resueltas con el tiempo.

(5) «Una agenda personal para el Siglo 21» (A personal agenda for the 21st century), Richard A. Slaughter (pp. 43-53).

Tal parece que el Siglo 21 será un tiempo de «hacer» o «romper» para la humanidad. Las tendencias actuales no estimulan el optimismo. Pero hay muchas maneras en que los humanos pueden actuar para desarrollar previsión y «conducir» hacia futuros seleccionados de manera más consciente. Este artículo considera amenazas «internas» y «externas» para la humanidad, y una «congruencia de percepción» que está emergiendo sobre cómo podríamos responder. Existe una necesidad de que muchas más voces se incorporen a esta «conversación de futuros».

(6) «El efímero futuro de la belleza: arte, amateurs y corporaciones en el Siglo 21» (The ephemeral future of beauty: art, amateurs and corporations in the 21st century), Sean Cubitt (pp. 55-61).

El Siglo 21 cosechará las consecuencias del Siglo 20. Conforme inicia, el lugar del arte está siendo disputado; cuando termine habrá cambiado irremediablemente. Este artículo argumenta que el arte podría desaparecer por complete en la reelaboración de las relaciones comunicativas.

(7) «Transbordando entre futuros en la alquimia simbólica del Mysterium coniunctionis» (Shuttling among futures in the symbolic alchemy of the Mysterium coniunctionis), Kirk W. Junker (pp. 63-77).

Contrario a la noción de que la mente humana tiene una especie de tendencia hacia los procesos abstractos de clasificación, análisis y síntesis, este artículo sugiere que dichos procesos son construidos histórica y socialmente. Debido a que dichos procesos (en particular la síntesis) son llevados a servir propósitos y agendas específicas, necesitamos reexaminarlos periódicamente para ver si todavía sirven a nuestras necesidades. En el pasado la síntesis tuvo una función importante como un símbolo, por ejemplo, entre los alquimistas. Casi hemos olvidado ese funcionamiento simbólico y ahora lo tratamos sólo en sus manifestaciones materiales. Habiéndolo hecho, empleamos el sentido material para explicar el sentido simbólico. De esa manera, la síntesis podría no ser ya una manera útil de mirar a nuestros procesos abstractos. En tanto que las necesidades del futuro podrían ser diferentes de las necesidades del pasado o el presente, podría ser en efecto tiempo de abandonar ideas de síntesis abstracta. El autor sugiere que en su lugar consideremos la noción de «transbordar». El transbordo nos permite adoptar diferentes posiciones, e incluso posiciones contradictorias dentro de nuestro pensamiento individual, sin sentir la necesidad de caracterizar de inmediato la contradicción como «equivocada». Y en tanto que podemos tener múltiples posiciones presentes, el transbordo abre la posibilidad de múltiples posiciones futuras también.

(8) «¿Se volverá bonito lo pequeño?» (Will small become beautiful?), Ted Fuller (pp. 79-89).

¿Cómo es posible para los individuos y pequeños grupos de personas, que comparten valores o una identidad particulares, prosperar a través de sus actividades económicas legítimas con el resto del mundo? ¿Cómo beneficia esto a la sociedad y satisface algunos de los imperativos de la humanidad al inicio del Siglo 21? Este artículo argumenta que necesitamos ayudar a las personas en la comunidad de los pequeños negocios a evaluar y desarrollar de una manera positiva las consecuencias de sus acciones sobre ellos mismos y sobre la sociedad. El propósito de toda la empresa de investigación es informar el futuro, no explicar el pasado. La actividad empresarial es vista como una conformación reflexiva del mundo y la empresa pequeña como un vehículo para la adaptación económica. La actividad empresarial es una práctica de saber y actuar, y es exactamente aquí donde la previsión cobra vida. Requiriendo críticamente el compromiso e involucramiento de las personas que tienen un interés identificable en el futuro que está siendo creado. Nuestra paradoja es que conforme uno busca mejorar la importancia y beneficios de la tecnología para la comunidad (de pequeños negocios) en particular, esta actividad se vuelve ella misma un discurso de determinismo tecnológico. Cada paso, cada cambio en el camino de la actividad, tiene consecuencias sociales y requerirá gobernanza. Todos somos accionistas en esto.

(9) «¿Se verán distintos ahora nuestros futuros?» (Will our futures look different, now?), Tony Stevenson (pp. 91-102).

Habiendo alcanzado esta perspectiva en el año 2,000, ¿decaerá un interés en el futuro? ¿nuestros futuros se verán diferentes? La confluencia de dos constructos -siglo y milenio- está ocurriendo en medio de nueva curiosidad e imaginaciones sobre el pensamiento humano. Las certezas empleadas para darle sentido a nuestro mundo se están cuarteando, justo cuando el poderío geopolítico y económico de occidente busca arrogantemente un monopolio global. Este nuevo globalismo es legitimado por un estado mental que premia la jerarquía, la competencia en el mercado, la conquista y la asimilación en una dirección. Estados mentales alternativos, que valoran la colaboración, por ejemplo, permiten una crítica y redefinición de problemas persistentes de poder, así como la invención de culturas del futuro. ¿Podrían las exploraciones desde estados mentales alternativos -feministas, indígenas, ecológicos, civilizacionales y otros- ayudar a reformar el orden social? ¿Deberíamos aprender a pensar a través de múltiples estados mentales que son más que variaciones sobre la visión del mundo dominante? La agenda del nuevo siglo para los estudios de los futuros es experimentar evitando el «pensamiento de grupo» que hoy se instala cuando construimos visiones de nuevos futuros.

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FJBS Admin