Vol. 33, Nos. 8 y 9, Octubre 2001


Publicado en: jueves 11, octubre, 2001

(1) «Futuros del agua en el sur de Asia» (Futures of water in South Asia), Imtiaz Ahmed (pp. 683-687).

(2) «Agua y ciencia: incertidumbres hidrológicas, aspiraciones de desarrollo y cultura científica desarraigada» (Water and science: hydrological uncertainties, developmental aspirations and uningrained scientific culture), Dipak Gyawali, Ajaya Dixit (pp. 689-708).

Las respuestas a las necesidades de administración del agua en la región Himalaya-Ganga tradicionalmente han sido buscadas bajo el modo jerárquico definiendo a la ciencia en un sentido unitario. Debido a que ha ignorado los contextos plurales y por tanto los enfoques específicos de cada una de las demandas, la noción particular de ciencia ha conducido a posiciones atrincheradas que exacerban disputas. En el mundo del uso y administración del agua, el administrador jerárquico, el empresario individualista y el activista social igualitario disputan continuamente el terreno político; cada uno articula su propio estilo de administración. Un enfoque plural que da espacio a cada estilo de administración con obligaciones variadas a escalas también variadas puede evitar los errores del pasado. Permitiendo a las fuerzas de la innovación empresarial, la precaución igualitaria y la regulación gubernamental su debida participación institucional, las intervenciones se vuelven menos cargadas de disputas en un futuro crecientemente incierto y estresante.

(3) «Presas y disenso: el primer activista ambiental moderno de la India y su crítica al proyecto DVC» (Dams and dissent: India’s first modern environmental activist and his critique of the DVC Project), A. Nandy (pp. 709-731).

Las tensiones internas que plagan la filosofía política de la ecología en India fueron capturadas en la vida y tiempo de Kapil Bhattacharjee, el primer activista ambiental moderno del sur de Asia. En la década de los 1950 peleó valientemente contra un proyecto muy popular, el de la Corporación del Valle Damodar (CVD), un enorme proyecto en un valle con un río de múltiples propósitos que incluía varias presas, plantas de generación de energía eléctrica y una cortina de descarga. Estaba siendo vendido como el precursor de una prosperidad nunca antes vista en el este de India. Como resultado, algunos incluso denunciaron a Bhattacharjee como un traidor, particularmente por oponerse a la cortina de descarga Farakka, que él consideraba un fraude sobre el público indio. La ambivalencia hacia él en su sociedad empataba con su propia ambivalencia. Aquí estaba una persona que de manera desafiante inició, virtualmente solo, el activismo ambiental como lo conocemos en esta parte del mundo. Con todo, en otros aspectos él mostró una notable auto-censura. Criado en la embriagadora atmósfera del racionalismo fácil de los años entre guerras y en la atmósfera de la Guerra fría inmediatamente después de la Segunda Guerra mundial, Bhattacharjee estuvo cerca de admitir -y con todo se escudó para no hacerlo- que los ríos no eran meramente recursos económicos, sino también bendiciones civilizacionales. La santidad de un río, particularmente el derecho de ser él mismo, nunca fue aceptable para él, excepto como una creencia popular. Y, aunque más tarde en su vida también se convirtió en un distinguido activista por los derechos humanos, nunca fue adecuadamente sensible a la manera en que algunas tribus de India cargaron con la carga importante de la CVD. El desarraigo y destitución impuestos sobre ellos no aparece en ninguna parte en sus escritos sobre el tema. Una posible explicación de estas anomalías está en el compromiso básico de Bhattacharjee con la visión urbana industrial y con una teoría de progreso basado en la ciencia moderna. Entre ellos, aseguraron que mientras que él algunas veces escribió de manera conmovedora acerca de los sistemas de conocimiento tradicional sobre los ríos y sobre los peligros de las intervenciones a gran escala en la naturaleza, salvar a la ciudad de Calcuta y a la base industrial de la India siempre tuvo prioridad en su filosofía de ambientalismo.

(4) «Agua y política: niveles, elección racional, e irrigación de canales en India del sur» (Water and politics: levels, rational choice and South Indian canal irrigation), Peter P. Mollinga (pp. 733-752).

La primera parte del artículo da una visión general de la literatura del «agua y política», distinguiendo tres niveles: (1) política oficial estatal e interestatal (o hidropolítica); (2) la política de las políticas de recursos de agua (formulación e implantación de políticas como territorio políticamente competido); y (3) la política cotidiana del uso del agua (la competencia diaria por el uso del recurso agua). El artículo no discute el nivel emergente de la política global del agua. La segunda parte discute el predominio del paradigma del «nuevo institucionalismo» en los debates sobre la administración y política de los recursos de agua. Se analiza el atractivo de dicho paradigma, a pesar de que existen críticas fundamentales. Las limitantes del «nuevo institucionalismo» se localizan en conceptos limitados de la agencia humana, el deseo de universalizar, la ausencia del concepto de poder social, y el problema de conmesura. Su atractivo para los formuladores de políticas reside en que resulta apropiado para diseñar recetas de políticas estandarizadas, y que excluye, o vuelve a frasear, los asuntos de poder y política. En la tercera parte del artículo se ilustran estas consideraciones a través de la discusión de un caso: el sistema de irrigación del Canal del Margen Izquierdo del Tungabhadra en el sur de la India. En la cuarta sección, de conclusión, se argumenta que existe no sólo una multitud de niveles y de diversidad de enfoques, sino que también existe una conexión entre «políticas y método». La investigación sobre el agua y políticas podría beneficiarse de una confrontación más explícita con la pregunta de desde que punto de partida político se realiza esa investigación, y si ello está o no, y cómo, relacionado con el método, enfoque y recomendaciones de política. Ello es todavía más necesario en una era con fuertes llamadas a la reforma institucional, para abordar los retos de un futuro del agua crecientemente problemático.

(5) «Localizando los derechos de las mujeres en la Revolución Azul» (Locating women’s rights in the Blue Revolution), Asha Hans (pp. 753-768).

Este artículo explora el papel del agua en la vida de las mujeres, y el impacto que una Revolución Azul tendría sobre ellas. El artículo es sobre mujeres que han administrado y conservado recursos de agua, pero cuyas voces no son oídas y cuyo conocimiento es ignorado. Explora el sistema relacionado con el agua, que está ciego a las necesidades de las mujeres y sigue inclinándose a favor de las tecnologías e ideologías de los hombres. El artículo concluye que una Revolución Azul tal como está prevista por una política diseñada e implantada por hombres mantendría a las mujeres afuera. La iniciación de políticas recientes que han empezado a tratar al agua como un producto en el Mercado y no como un servicio está poniendo en peligro las elecciones de las mujeres para una mejor vida. La planeación basada en grupos tecnocráticos y burocráticos sin las personas que han vivido en y se han enfrentado a la naturaleza, seguramente intensificará las diferencias basadas en género. Sugiere que cualquier mantenimiento futuro del régimen hidrológico debe reconocer los derechos de las mujeres. Concluye que un énfasis en la participación tanto de hombres como mujeres una planeación de políticas descentralizada que estimule el uso del conocimiento local, harían realidad una Revolución Azul que estuviese cercana a las personas.

(6) «Guerras del agua: ¿hecho o ficción?» (Water wars: fact or fiction?), Ashok Swain (pp. 769-781).

Se dice a menudo que las guerras futuras se pelearán por el agua, no el petróleo. Se predice que estas guerras del agua ocurrirán para compartir ríos internacionales. Recientemente el mundo ha sido testigo de varias disputas interestatales sobre ríos compartidos, pero casi ninguna de ellas ha cruzado el umbral crítico de volverse violenta. Más bien, la mayoría de estas disputas sobre ríos están siendo abordadas a través de arreglos ribereños cooperativos bipartitas. Estos arreglos están lográndose principalmente sobre los ríos, que tienen potencial para una explotación adicional de agua. Sin embargo, para encontrar una solución duradera y para fortalecer los acuerdos para compartir los ríos, este artículo argumenta a favor de que el asunto del agua sea abordado de manera comprehensiva en la Cuenca, tomando en cuenta tanto el lado de la demanda como el del suministro del recurso escaso.

(7) «El enfoque abierto para el control de inundaciones: el camino hacia el futuro en Bangladesh» (The open approach to flood control: the way to the future in Bangladesh), Nazrul Islam (pp. 783-802).

Este artículo ofrece una crítica al enfoque de acordonamiento para el control de inundaciones que Bangladesh ha estado empleando durante varias décadas. Muestra como este enfoque falla en la solución del problema de inundación, priva a las planicies de inundación de los beneficios de inundación de ríos regular, crea una situación riesgosa para los habitantes al interior de los cordones, trae nuevos problemas de drenaje y sanidad, y conduce a un gran desperdicio de recursos. El artículo argumenta después a favor de un enfoque abierto al control de inundaciones, como el camino hacia el futuro. Los principales componentes de este enfoque son: reexcavación de las camas de los ríos y otros cuerpos de agua superficiales; minimización de las obstrucciones en los llanos de inundación; incremento de la elevación de las habitaciones rurales y urbanas; restauración de los canales; y promoción de la consolidación de los asentamientos rurales alrededor de refugios permanentes contra las inundaciones. El artículo muestra de qué maneras el enfoque abierto para el control de inundaciones es superior al enfoque de acordonamiento.

(8) «Gobernanza e inundación: reflexiones críticas sobre el diluvio de 1998» (Governance and flood: critical reflections on the 1998 deluge), Imtiaz Ahmed (pp. 803-815).

Bangladesh experimentó en 1998 las peores inundaciones del Siglo Veinte. El diluvio trajo al frente de manera nítida la incapacidad y falta de preparación del gobierno para enfrentar los asuntos de administración de inundaciones y post-inundaciones. Sus políticas estuvieron marcadas por posturas ad-hoc, el partidismo y, más importante, su dependencia de donantes. Estas tuvieron el efecto de desempoderar y agregar mayor angustia entre la población afectada. Para crear un mecanismo de administración de inundaciones sustentable y efectivo, es absolutamente imperativo del surco de la gubernamentalidad -tanto por parte del gobierno como de los gobernados- y empoderar a la sociedad civil a través de una desgubernamentalización de las estructuras de gobierno.

Escrito por:

FJBS Admin