Vol. 34, No. 8, Octubre 2002


Publicado en: viernes 11, octubre, 2002

(1) «Empalando el futuro» (Impaling the future), R. Kapoor, J. Serra (pp. 685-692).

(2) «¿El hombre en el trono de Dios? Las implicaciones sociales de la revolución biomédica» (Man on the throne of God? The societal implications of the bio-medical revolution), B. van Steenbergen (pp. 693-700).

Este artículo trata con las posibles influencias sobre la sociedad de desarrollos en el campo biomédico (que se argumenta será el tema principal de esta década), especialmente la clonación, el «libro de la vida» y la eugenésia. Se argumenta que la actual resistencia contra estos desarrollos podría disminuir bajo la influencia del biologismo, que está al alza. El autor investiga estas influencias sociales en cautro campos: el estado benefactor (¿desaparecerá la noción de solidaridad colectiva?), la ciudadanía, la meritocracia (¿podemos esperar nuevas divisiones de clases?), y la política democrática (el surgimiento de nuevos énclaves políticos).

(3) «Comunicación intercultural, diálogo interreligioso, y paz» (Intercultural communication, interreligious dialogue, and peace), L. Groff (pp. 701-716).

En un mundo crecientemente interdependiente que incluye gran diversidad cultural, étnica, racial, nacional y religiosa, es imperativo que encontremos maneras de unirnos como una familia humana honrando y respetando a la vez nuestras muchas diversidades. En la era nuclear, y ahora la era del bioterrorismo, y en el despertar del 11 de septiembre de 2001, es también imperativo encontrar maneras de resolver nuestros conflictos sin llegar a la violencia. Los campos de comunicación intercultural y diálogo interreligioso proporcionan herramientas importantes para ayudar a las personas a tratar con todas estas diversidades de maneras más positivas, que incrementan la comprensión entre personas y pueden enriquecer la vida de las personas. Las personas todavía deber resolver sus asuntos conflictivos, pero entender la cultura, los estilos de negociación y las religiones de otros prevendrá interpretaciones incorrectas innecesarias del comportamiento de los otros que pueden exacerbar conflictos ya existentes. Este artículo se ocupa de muchos enfoques y herramientas positivos de los campos de comunicación intercultural y diálogo interreligioso, dado que éstos tratan de crear futuros más pacíficos. Una hipótesis básica de este artículo es que un futuro más pacífico requiere de la adopción, por parte de las personas de todo el mundo, de una visión mundial dinámica, interdependiente, compleja (no homogeneizada) de sistemas completos, que honre tanto nuestra unidad e interdependencia como nuestra diversidad -de razas, etnicidades, culturas, nacionalidades y religiones. «Nuestra generación ha llegado al umbral de una nueva era en la historia de la humanidad: el nacimiento de una comunidad global. Las comunicaciones modernas, el comercio, y las relaciones internacionales, así como los dilemas de seguridad y ambientales que todos enfrentamos nos hacen crecientemente interdependientes. Nadie puede vivir el aislamiento; así, nos guste o no, nuestra vasta y diversa familia humana debe finalmente aprender a vivir junta. Individualmente y colectivamente debemos asumir un mayor sentido de Responsabilidad Universal»; el XIV Dalai Lama. «No habrá paz entre las naciones sin paz entre las religiones. No habrá paz entre las religiones sin diálogo entre las religiones»; Hans Kuhn.

(4) «Una visión para las comunidades en el Siglo 21: de regreso al futuro» (A vision for communities in the 21st century: back to the future), B. E. Tonn, E. Ogle (pp. 717-734).

La globalización, en su forma capitalista y de cultura popular, está impactando a las comunidades alrededor del mundo. Este artículo emplea dos modelos para mostrar como la globalización surgió de hecho hace varios milenios y cómo el proceso se ha acelerado de gran manera en tiempos recientes. Un modelo describe el «sistema de la tecnología de la información» y el segundo es el modelo de sistemas vivos de James Miller. Usando estos modelos como fundamento, este artículo argumenta que la globalización puede debilitar severamente a las comunidades y es antiética para las perspectivas orientadas al futuro. Si las actuales tendencias de globalización continúan sin abatirse, la globalización podría resultar en un mundo futuro caracterizado por consumidores saciados para los que todos sus deseos son satisfechos por un sistema económico totalmente eficiente pero completamente impersonal. En este mundo, las personas no dependen de una interacción personal cara a cara para su bienestar económico. Debido a esto, la comunidad, e incluso la cultura, colapsan. En contraste con este mundo sin alma, se argumenta que un nuevo futuro podría evolucionar donde la preocupación sobre el futuro reemplace a las preocupaciones individualistas y orientadas al mercado como las principales motivadoras de políticas públicas. Este futuro tiene una buena probabilidad de ocurrir dado que las actuales poblaciones están siendo socializadas para entender el concepto amplio de globalización. Adicionalmente, nuevas tecnologías permitirán el desarrollo de comunidades pequeñas en su mayor parte autosuficientes lo cual facilitará la reemergencia de la vida y las obligaciones comunitarias.

(5) «Comunidades de mañana» (Communities of tomorrow), T. Stevenson (pp. 735-744).

El reflector social parece estar reenfocándose a la escala de la comunidad local en una época en la que la globalización de la economía está amenazando la autoridad de los estados-nación. Ciertas comunidades pequeñas están en peligro de quedar fuera de la economía global y a la vez perder las costumbres locales frente a una cultura globalizada. Los estados nación, asediados globalmente están siendo apretados por una pinza de dos puntas: por el peso creciente del capital global, y por las comunidades locales que se crecen ante las presiones globales demandando soluciones locales. La autoridad nacional también está siendo sobrepasada conforme se forman nuevas comunidades globales de intereses en el Internet, expandiendo el significado del término comunidad. Pero, ¿es la comunidad más que el interés común -una celebración de diferencia, simbiosis negociadora entre una diversidad de etnicidad, estilos de vida y aspiraciones para el futuro? Este artículo explora cinco escenarios de las comunidades del mañana. Un escenario es un regreso nostálgico a la noción romántica de la barda del piquete blanco. Luego está la comunidad asilvestrada marginada. En otro futuro la barda se convierte en una pared de fortaleza o un anillo de alambre de púas. Todavía uno más es una comunidad virtual más allá del lugar, donde personas que comparten un interés común viven en una ciber-realidad. La comunidad viable es uno para el largo recorrido. Para ser viable en un mundo global debe hacer vínculos locales-globales para crear sinergias compartiendo recursos e inspiraciones a través de una sociedad diversa, planetaria. Las comunidades viables de redes locales-globales establecen un ejemplo global de creatividad honrando la diferencia y el intercambio abierto. Se hacen responsables de su propio futuro. Dos imágenes poderosas de eventos recientes, nos dice el autor, permanecen con él yuxtapuestas. Luego de considerar los ataques de Estados Unidos sobre Afganistán, una maestra muy experimentada se siente aislada en la periferia e impotente. Adicionalmente observa, en «desesperación callada», a uno de sus alumnos «volverse virtualmente loco» frente a sus ojos. Comparte con el autor estas palabras: «Ni él ni yo, parece, tenemos ningún lugar al que correr, excepto a la gentileza y el cuidado de los otros niños que, como líder del salón de clases, todos los días estoy tratando de unir para poner un capullo de comunidad alrededor de él. ¡Un poco como el planeta!» «Todos trabajamos para mantener a nuestro muy brillante y bastante perturbado aprendiz etiquetado como ADHD conectado a nosotros en una relación genuina. Ese es el fundamento de un apoyo de aprendizaje auténtico. ¡Yo no estoy operando un modelo médico!» Nuestros líderes y los balbuceantes medios de comunicación masiva ignoran ésta, la primera de las imágenes, y muchas similares a ella. Por contraste, la segunda imagen tiene una exposición constante; tiene un recuerdo instantáneo en la mayoría de los televidentes. Es la revoltura de jinetes de pantalla, sobre lo que queda de Wall Street, jugando a la economía de casino, en una locura de avaricia. Curiosamente el foco de los principales medios enfatiza imágenes que representan al mundo a escala global. Ellos ignoran en su mayor parte las imágenes de la vida a la escala de la comunidad. ¿Por qué es así? ¿Por qué la segunda imagen de la llamada comunidad financiera, donde el foco es el dólar, hace caso omiso de la imagen más básica de una comunidad de pueblo nativo donde el foco es el apoyo a la vida humana? ¿Están los medios representando nuestras verdaderas prioridades, y nosotros estamos equivocados? ¿Es el dinero más importante que la comunidad?

(6) «Prácticas académicas de aprendizaje virtual por interacción» (Academic practices of virtual learning by interaction), T. Fuller, S. Söderlund (pp. 745-760).

La manera en que la práctica académica en las universidades de educación superior responde a la influencia de las redes y tecnología de las computadoras será central para la definición de su futuro papel. La metáfora tradicional de la universidad como una villa autocontenida se ve retada conforme el conocimiento se vuelve ampliamente accesible en Internet y los diálogos maestro-estudiante y estudiante-estudiante no están limitados por fronteras espaciales. El artículo presenta cuatro espacios metafóricos en los que pueden llevarse a cabo diálogos virtuales. Cada uno de ellos parece no cumplir con el criterio de crear un espacio en el que el conocimiento que tiene un individuo particular pueda ser compartido, recreado y amplificado a través de interacciones con otros en contextos académicos. Los autores consideran el efecto de tres fuerzas impulsoras que podrían crear papeles alternativos para maestros y alumnos y diálogos entre ellos. La conformación del aprendizaje virtual impulsado por la tecnología podría resultar en un «robosapiens» auto-responsivo; una conformación del aprendizaje virtual impulsado por una sociedad relativista podría resultar en «gilipollas» socialmente aislados. Es deseable un ambiente en que la tecnología tome forma por una evaluación ética con respecto a un nivel superior (i.e., meta-conceptual) de aprendizaje, para elevar los estándares de los talentos intelectuales y tecnológicos. Tal ambiente es considerablemente distinto de las normas de las actuales universidades y los papeles cotidianos de maestros y estudiantes.

(7) «Desarrollando previsión urbana y regional: explorando capacidades e identificando necesidades en el Noroeste» (Developing urban and regional foresight: exploring capacities and identifying needs in the North West), M. Puglisi, S. Marvin (pp. 761-777).

Cambios recientes en el contexto de la gobernanza inglesa están creando nuevas oportunidades para el pensamiento de futuros a nivel urbano y regional. Echando mano de un estudio de accionistas clave preocupados por el desarrollo urbano y regional, este artículo presenta un análisis de los actuales enfoques al pensamiento de futuros entre los elaboradores de políticas en la región noroccidental de Inglaterra. El estudio ofreció una oportunidad para explorar actitudes hacia la previsión y capacidades existentes entre las organizaciones públicas, privadas y voluntarias, para determinar las mejores prácticas en diferentes sectores, y para investigar potenciales brechas, restricciones y necesidades en términos de pensamiento de futuros. El artículo describe los principales resultados del estudio del noroeste y concluye explorando caminos para mejorar la capacidad de previsión territorial en los niveles urbano y regional.

(8) «Redes de futuristas: ¿casos de comunidad epistémica?» (Futurist networks: cases of epistemic community?), Riccardo Cinquegrani (pp. 779-783).

Este artículo analiza el concepto de comunidad epistémica centrando su atención en dos aspectos, que contribuyen a definir a este actor: conocimiento y capacidad de actuar bajo condiciones de incertidumbre. Se considera el vínculo entre estos dos asuntos y la «naturales de los estudios de los futuros» y se explora la posibilidad de considerar a algunas organizaciones e instituciones como comunidades epistémicos del futuro. Se examina en detalle el caso de la Federación Mundial de Estudios de los Futuros. En 1992 Peter Haas definió una «comunidad epistémica» como sigue: «una comunidad epistémica es una red de profesionales de una variedad de disciplinas y antecedentes, que tienen un conjunto compartido de creencias normativas y de principios, que proporcionan una racional basada en valores para la acción social de los miembros de la comunidad; creencias causales compartidas, que son derivadas de su análisis de prácticas que conducen o contribuyen a un conjunto central de problemas en su dominio y que luego sirven como base para elucidar los múltiples vínculos entre posibles acciones de políticas y resultados deseados; nociones compartidas de validez -esto es, criterios intersubjetivos definidos internamente para pesar y validar conocimientos en el dominio de su expertise; y una empresa de políticas común -esto es, un conjunto de prácticas comunes asociadas con un conjunto de problemas hacia los que está dirigida su competencia profesional, presumiblemente por su convicción de que el bienestar humano puede mejorarse como consecuencia». En la antigua Grecia el término «episteme» tenía un significado que pertenecía a la esfera filosófica; «comunidad» es un concepto que viene de la tradición religiosa y, más recientemente, ha sido el objetivo de estudios sociológicos. Comunidad epistémica vincula a los dos términos para indicar un «nuevo» y, en algunos aspectos, atípico actor político. A nivel etimológico ya tenemos una primera clase de indicación con relación a lo que quiere significar: política como una síntesis de religión (fe), sociología (las decisiones tomadas por los elaboradores de políticas tienen consecuencias sobre toda la sociedad) y filosofía (intencionada como Weltanschaung). El término alemán Weltanschaung significa la idea, concepto o la «visión» del mundo y de la vida. Es la manera en la que un individuo o un grupo social considera la posición del ser humano en el mundo y las actitudes y acciones que desarrolla sobre la base de una visión particular del cosmos. Adicionalmente a esta definición, Haas identifica otras características: «los miembros de una comunidad epistémica comparten entendimientos inter-subjetivos; tienen una manera compartida de conocer; tienen patrones compartidos de razonar; tienen un proyecto de política que echa mano de creencias causales compartidas y el uso de prácticas discursivas compartidas, y tienen un compromiso compartido con la aplicación y producción de conocimiento». Esta definición podría ser analizada de diferentes maneras con particular atención sobre uno o más de los criterios indicados. Podríamos asumir que la expresión «posibles acciones de políticas y resultados deseados» debe entenderse como las «implicaciones de largo plazo, esperadas, posibles, probables y deseadas» de una decisión tomada o que será tomada, y ello representaría ya un vínculo entre políticas, los estudios de los futuros, y una comunidad epistémica; más aún, usualmente «las elecciones de políticas se refieren a consecuencias, mismas que sólo pueden anticiparse parcialmente». Ello da lugar «al deseo de información, que no está basada tanto sobre conocimiento técnico puro sino en información, la cual es producto de la interpretación humana». Las comunidades epistémicos, nacionales o transnacionales, son uno de los posibles proveedores de tal información. En esta etapa, y considerando tan solo este aspecto de la definición completa, podríamos argumentar que una red de expertos active en el campo de los estudios de los futuros podría representar el retrato perfecto de lo que estamos buscando: un actor multi-personal capaz de «anticipar», usando conocimiento, varios antecedentes y expertise. Anticipar, en este contexto, podría especificarse como entender y comprehender cambios globales y locales. En general, los futuristas trabajan dentro del marco de referencia de la complejidad y la incertidumbre, tratando de redefinir problemas en un contexto más amplio, e intentan comprehender el «cambio» empleando conocimientos. Un ejemplo podría ser útil: el cambio que estamos experimentando en los países de Europa del Este parece multi-dimensional: en menos de 15 años esos países se han movido de: (i) una economía socialista (cerrada y planificada) a (ii) una «economía occidental» (la llamada economía de mercado), a (iii) una economía tecnológica como consecuencia de la globalización, y, finalmente, a (iv) una economía de aprendizaje. El primer paso (economía socialista) hace recordar a otros sectores en los que las «ideas» estaban cerradas y planificadas. La sociedad estaba dividida en clases y el concepto dominante era «la guerra». En este contexto, cada una de las acciones tenía la intención de ser una posibilidad de demostrar los puntos fuertes de un sistema: deportes, cultura y economía eran parte de la batalla y la visión del futuro estaba mayormente influida por la posibilidad de destruir o ser destruido. Ejemplos de estas consideraciones podían verse en la elección tomada por el gobierno de Estados Unidos en su participación en los Juegos Olímpicos de Moscú (1980), la respuesta de la Unión Soviética en 1984 (Los Ángeles), y la proliferación de películas sobre el holocausto nuclear tales como El día después (The Day After). Estas ideas estaban presentes con fuerza entre las personas de los países del este, pero luego de 1989 las cosas cambiaron y «gradualmente» los nuevos paradigmas basados en los «valores occidentales» y, para algunos, los estilos de vida occidentales, emergieron. Probablemente estos cambios causaron choques en las sociedades locales, choques que ha tenido consecuencias también en la manera en que estas sociedades ven ahora sus futuros. El tercer paso, el cambio a una economía tecnológica, ha sido más rápido y más amplio, en gran medida gracias a las nuevas tecnologías de las comunicaciones y el Internet. Para entender y desarrollar futuros alternativos para Europa del Este, los futuristas tienen que tomar en cuenta el hecho de todas estas tres economía existen lado a lado -Europa del Este no representa a una u otra de estas economías; es una mezcla compleja de las tres economías. Esta complejidad se ve incrementada por el hecho de que las sociedades de Europa del este no han tenido suficiente tiempo para entender su presente para ser capaces de desear futuros alternativos posibles. Más aún, la competitividad económica está ahora basada cada vez más en la capacidad de desarrollar y aplicar conocimientos. Así, los futuros de Europa del Este son una función de su capacidad para desarrollar nuevas formas relevantes de conocimiento. Los futuristas no pueden ignorar esta conexión entre el conocimiento y los futuros alternativos. Por tanto, el concepto de comunidad epistémica y la teoría de la «economía del conocimiento» tienen mucho en común. Si consideramos que los llamados «tomadores de decisiones» son (en los países democráticos) elegidos por las personas, podemos argumentar que la sección de las personas capaces de diseminar conciencia sobre los problemas, sus posibles soluciones y sus implicaciones de largo plazo, poseen una forma de poder. Sin enfrentar a este poder no podemos darle forma a futuros viables y con significado. ¿Existen algunas redes transnacionales de expertos donde sea posible identificar estas características de una comunidad epistémica «en embrión»? En cierto sentido este podría ser el caso de la Federación Mundial de Estudios de los Futuros, o de la Sociedad Mundial del Futuro basada en Washington, o, a nivel regional, la euroProspective basada en Namur o el Centro de Investigación de Futuros Finlandés, donde se han estructurado redes de expertos que provienen de diversas experiencias , desde distintos antecedentes, un interés común (analizar a la sociedad desde diferentes perspectivas, pero todas orientadas hacia el futuro), una tarea compartida (diseminar el uso de los estudios de los futuros no sólo como una herramienta sino también como un modo de pensamiento) y diversidad en conocimiento, que es lo que los mantiene unidos. Más aún, para la mayoría de los miembros, la idea de una economía del conocimiento es ya su realidad y la capacidad de entender tendencias, futuros posibles o (aún mejor) probables es el objetivo de sus actividades profesionales. Si consideramos brevemente a esas organizaciones, podríamos asumir que ya poseen algunos aspectos relacionados con el concepto de comunidad epistémica: la Sociedad Mundial del Futuro, por ejemplo, «se esfuerza por ser un centro de intercambio de ideas sobre el futuro neutro, cuya membresía está abierta y la Sociedad incluye a 30,000 personas en más de 80 países dfesde Argentina hasta Zimbabwe. Los miembros provienen de todos los senderos de vida; incluyen sociólogos, científicos y educadores». Si la principal fortaleza de la Sociedad Mundial del Futuro está en la sociedad transnacional y los diferentes antecedentes de sus miembros, la experiencia regional que euroProspective posee ésta basada en su mayor parte sobre la construcción de una red europea de expertos. El intercambio de ideas y una «misión» común son los dos elementos que podrían permitirnos considerar a esta organización como una comunidad epistémica de futuros. Otro ejemplo, a nivel nacional/regional, es el del Centro de Investigación de Futuros de Finlandia; el vínculo con la comunidad epistémica es ofrecido pos la actividad y la naturaleza de algunos proyectos de esta institución, tales como «desarrollo de energía sustentable en países en desarrollo», «energía rusa y clima global», «choques de naturaleza y cultura en las políticas de transporte», «Delphiscan profesional, un sistema experto» -todos estos proyectos o herramientas (Delphiscan es un programa de computadora) tienen como objetivo producir una relación entre el poder político y el poder del futuro y el conocimiento. Existen varias razones por las que no podemos considerar a la Federación Mundial de Estudios de los Futuros como una comunidad epistémica por sí sola. Quizá la más importante es que no tiene un vínculo directo con el poder político, ni la Federación busca ningún tipo de influencia sobre autoridades públicas o sobre los procesos de toma de decisiones. Pero en tanto que la Federación está preocupada por la administración del cambio, podría ser considerada como un actor capaz de ayudar a las personas y las instituciones a que entiendan los procesos de cambio en marcha. En los años por venir, probablemente se vea forzada a volverse una comunidad epistémica, ya que será necesario «representar y clarificar la relación entre administración del conocimiento, uso de tecnologías de la información y ls comunicaciones y expertos en estudios de los futuros como mediadores entre la complejidad de las decisiones políticas y la tendencia de las instituciones a volverse organizaciones de aprendizaje avanzadas». También necesitamos estudiar el papel que los estudios de los futuros pueden jugar para clarificar esas «zonas de sombra» entre el poder político y la complejidad de los procesos de toma de decisiones. A este respecto, debe subrayarse que la demanda de consejo experto es un fenómeno cmún en los procesos de elaboración de políticas, a nivel local, nacional e internacional. Todos estos procesos tienen un objetivo concreto, lo que podría ofrecer la posibilidad de explotar el valor agregado de una «federación cuya intención es una especie de comunidad epistémica»: la credibilidad de los estudios de los futuros y, consecuentemente, la credibilidad de los expertos activos en este campo, depende de ello. El debate y el progreso de estas consideraciones deberían ser desarrollados de una manera multi y transdisciplinaria con respecto a varias materias y áreas de investigación, pero esto es sólo una consecuencia lógica de la «naturaleza y los diferentes antecedentes ya representados en la Federación. Un tema (que surgió durante la conferencia celebrada en Brasov), que permite identificar una relación entre una comunidad epistémica y las necesidades sociales es la globalización. Mientras que es difícil precisar a la globalización, es evidente que estamos viviendo a través de una fase de transición. Pero como futuristas y una potencial comunidad epistémica, nuestro objetivo debería ser desarrollar una comprensión de, y perspectivas sobre, las sociedades post-globalización. Esto sugiere que tenemos la necesidad de identificar las relaciones entre una comunidad epistémica, los estudios de los futuros y las organizaciones activas en este campo, tales como la Federación Mundial de Estudios de los Futuros y euroProspective. Las herramientas analíticas ofrecidas por el concepto de comunidad epistémica parecen apropiadas bajo las condiciones prevalecientes de incertidumbre e ignorancia. Entendiendo la incertidumbre y trayendo un expertise y conocimiento con múltiples facetas para analizar problemas difíciles y proponer futuras soluciones son dos de las características fundamentales de los futuristas. La constitución de una red de expertos que tienen diferentes antecedentes es ya una realidad dentro de ls Federación, pero, de momento, no existe ningún vínculo con las formas tradicionales y democráticas de poder. Para volverse una comunidad epistémica activa, la Federación Mundial de Estudios de los Futuros tiene que darse cuenta de su potencial y desarrollar estos vínculos muy necesarios.

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